CUMPLEAÑOS CON AROMA DE DESTAPE

Luis Walton, presidente nacional de Convergencia, llegó más que puntual a la cita con los cientos de amigos, familiares y simpatizantes, con su camisa naranja casi deslavada, ya tirándole al rosa, sin mucha parafernalia. Sólo una pequeña banda música de viento que lo seguía de cerca entonando las mañanitas.

La explanada que alguna vez fue una guardería infantil con una rosticería al lado, con piso de tierra, donde ahora se instalan provisoramente los mejores circos que llegan a Acapulco, los tianguis de los comerciantes de León, que andan como los húngaros de antes y hasta exposiciones diversas, predio propiedad de su ahijado político Víctor Jorrín, su socio también, ahora estaba cubierto en la parte principal de una capa plástica.
Walton llegó con una sonrisa fresca, nada que ver con la imagen del empresario altanero que se tenía de él; mostraba sencillez, se veía natural, y de manera natural se agachó a saludar a los discapacitados que en silla de ruedas se acercaron a felicitarlo por su cumpleaños; apciente atendió las preguntas de algunos medios de comunicación, recibió obsequios, palmadas en la espalda y palabras de respaldo.
"Hace como diez años que vengo en lo mismo" respondió a botepronto, con sinceridad, al señalamiento malicioso de una reportera; "han sido tantas", dijo a otro periodista que le abrazó y le deslizó al oído,!saludó al próximo presidente municipal!.
Un año más de vida. Si algo ha cambiado en Walton es su carácter, lo que muchos decían que no cambiaría, pero sí. Los años lo han hecho más maduro, más sencillo, mlas humano y nunca como ahoram este destape, ha estado más cerca de cumplir uno de sus sueños.
La clase política estaba ahí funcionarios estatales, alcaldes, líderes de colonias de diversos partidos. Quieren compartir el sueño, ya si se convierte en pesadilla será otra cosa.