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AMLO, la burla de Peña Nieto

Como todos saben, el presidente nacional del PRI, Humberto Moreira, sorprendió a la concurrencia cuando, en conferencia de prensa del pasado lunes, dijo que en la contienda presidencial de julio de 2012 "el candidato a vencer se llama Andrés Manuel López Obrador".

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Es decir, que según el jefe nacional del PRI –y escudero de Enrique Peña Nieto–, el primero de julio la disputa en las boletas electorales será entre Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador
En realidad, la "revelación" sorprendió sólo a un puñado de incautos. ¿Por qué? Porque salvo los ingenuos, el resto de quienes están atentos del proceso electoral del año venidero, saben que en ninguna de las encuestas públicas, López Obrador aparece por encima de, por ejemplo, Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel y Marcelo Ebrard.

En realidad lo que, al parecer, quiso decir el simpático de Humberto Moreira, es que a su grupo político le encantaría enfrentar a López Obrador. Lo que nunca dice es por qué López Obrador. Pero no hace falta. Lo cierto es que todos conocen los negativos del tabasqueño, su proclividad a dividir a la izquierda y su coraza impermeable a sectores amplios de las clases medias, medias altas y altas.

En pocas palabras, que cuando el priísmo coloca a López Obrador como su hombre a vencer, en realidad están señalando al candidato más débil, al que podría derrotar sin mayores dificultades Enrique Peña Nieto.

Pero ya en el extremo, cuando Moreira –en su calidad de cuello de ganso del grupo de Peña Nieto– convierte a López Obrador en el hombre a vencer, en el fondo los hombres del PRI confirman el pavor que tienen respecto a la potencial candidatura de Marcelo Ebrard.

Y es que, les guste o no a los simpatizantes de López Obrador, la verdad es que en no pocas encuestas internas serias –de las que hacen los partidos para medir la evaluación diaria de los presidenciables–, el actual Jefe de Gobierno da muestras claras de una tendencia a "fugarse".

¿Qué quiere decir esto?

Que Marcelo Ebrard empieza a convertirse, de manera paulatina, en el representante del voto útil.

O si se quiere ver desde el otro extremo, que Marcelo Ebrard ya es visto por buena parte de los priístas que no quieren a Peña Nieto, de los panistas defraudados y de los perredistas lejanos a López Obrador, como la mejor alternativa.

Y si tienen dudas de que López Obrador se ha convertido en algo así como el hazmerreír de Peña Nieto, basta con revisar las declaraciones del tabasqueño posteriores a la bufonada de Moreira. ¿Qué dijo López Obrador luego de la declaración de Moreira?

Nada.

Por lo demás, vale recordar que hace seis años, en los previos a la elección presidencial de 2006, López Obrador recurrió a la misma estrategia a la que hoy acude Humberto Moreira. Si hacemos memoria, vamos a recordar qué trato le daba López Obrador a Santiago Creel.

Cuando AMLO era el puntero en las encuestas insistía, en todos los tonos, recio y quedito, que "el candidato del PAN debe ser Santiago Creel". En su momento, argumentamos en la misma línea que hoy, en torno  a que Santiago Creel era la burla de López Obrador.

Lo curioso es que hoy el tiempo alcanzó al tabasqueño.

Por lo pronto, López Obrador ya empezó a buscar cobijo en la televisoras. Y como le tiene tirria a Televisa, corrió al auxilio de la casa de enfrente. Al tiempo.




 

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