Por Felipe Victoria
Cuando
dispongo de tiempo y humor me chuto por televisión los noticiarios locales y
los programas pobremente producidos por entusiastas periodistas luchones,
animados por la fe de que alguien además de sus familiares los podría estar
mirando y escuchando
La
verdad es que, como en aquellos comics políticos que me fascinaban de Don
Concho y su secretario, el funcionariazo le decía al aguerrido reportero que podía publicar lo que se le diera la gana
sobre él y su desempeño oficial, pero que por favor no lo dijera en la
cafetería…
Si
se tarda usted en captarla porque es gallego se la vuelvo a contar, si no al
rato saque sus conclusiones; resulta
que sembrar rumores y ponerle apodos a
los demás, es tan eficaz como enderezar
campañas de auto hipnosis para crear remedios falsos como paleativos a
malestares auténticos
Siempre
me ha divertido ver cómo “nos” encanta por estos rumbos, querer vender condones
en los asilos y lavarle el coco a la teleaudiencia con “testimoniales”
normalmente arregladas de visitantes en la playa, diciendo que todo está a toda madre, de personas “felices” porque
les están dando seiscientos pesitos por sus armas de fuego, o de paisanos que ahora salen con
que ya se siente mucho y muy bien la seguridad en Acapulco, como si de la noche
a la mañana se hubiera operado un milagro con los ángeles de azul marino de San
Genaro García Luna, que llegaron a partirle la madre prontito a los demonios
sueltos que consintió y toleró nuestra policía municipal acapulqueña, que antes
y ahora fingió y seguirá fingiendo demencia
ante la delincuencia, coludiéndose o escondiéndose…
Si
bien los hechos macabros cotidianos
aumentaron en frecuencia cuando la guerra entre cárteles se desató, tras la
ruptura de la alianza entre los hermanos Beltrán Leyva y el Chapo Guzmán en
enero del 2008,, las cosas empeoraron aún más cuando en agosto del 2010 Edgar
Valdés Villarreal “La Barbie”, virtual
“adueñado” de Acapulco desde diciembre del 2009, se rajó y levantó sus canicas entregándose ante
los policías federales para que lo extraditaran rápido a su país natal.
Por
unos días le dejó el control de la plaza a su suegro Carlos Montemayor “El
Charro” pero le quedó grande la camisa y no pudo controlar a tantos ambiciosos
lugartenientes que acabaron creando sus mini remedos de cárteles independientes
y “barredoras”, convirtiendo Acapulco en zona de narcoguerra abierta, por lo
que el efímero Alcalde José Luis Avila tuvo que sugerir a la
población un prudente y precavido toque
de queda, del que apenas comienzan a salir algunos atrevidos residentes del
municipio
Prohibido
decir o comentar lo que pasa en el Acapulco de los acapulqueños, no hay que
espantar a los turistas de fin de año…
Claro,
la vocería oficial del gobierno festina una disminución del cuarenta y tantos
por ciento en las ejecuciones violentas entre malosos, pero la verdad es que la
delincuencia común y ocasional, así como
la organizada, siguen asaltando transeúntes en las calles, robando autos,
atracando negocios, metiéndose a robar casas habitación y pasajeros de
transportes urbanos, además de
intimidar, amenazar y extorsionar comerciantes por dondequiera, pues eso
sigue siendo tolerado y disimulado por las policías municipal, estatal y ministerial investigadora…
Condenan
y satanizan a las mujeres que llevan compañía a los presos en vez de señalar
prontito a los custodios y funcionarios
culpables del desmadre en la prisión de las Cruces y cuidan gallos de pelea
ajenos
¿Acaso
creen que por autohipnosis van a recuperar la sonrisa antes tranquila de la
gente que no viaja en vehículos blindados ni trae guaruras
fuertemente armados?, ¿creen que la policía federal permanecerá aquí , hasta que a ciertos funcionarios los
llamen a otra chamba fuera de Guerrero y se larguen botando el arpa saliendo
locos de contento con su cargamento?...¡qué poca!
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