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ÁNGEL AGUIRRE ANTE EL ASESINATO DE LOS NORMALISTAS  

El caso de la brutal represión contra los jóvenes estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa que terminó con la muerte de dos de ellos y media docena más que quedaron heridos, junto a los 24 detenidos, muchos de los cuales denunciaron torturas, resulta un verdadero brete para el gobernador guerrerense Ángel Aguirre Rivero.

 

Las investigaciones en manos de la Procuraduría General de la República (PGR) arrojará luz acerca de los responsables materiales de los crímenes y seguramente de ahí se derivará las sanciones contempladas en la ley.

 

Ya no están los tiempos como para pensar en que habrá impunidad. Estos casos de represión se convierten en temas internacionales y los organismos defensores de derechos humanos se movilizan a todos los niveles para conseguir sensibilizar a la opinión pública y con ello evitar que las autoridades se hagan de la vista gorda. El castigo a los responsables es urgente y necesario y seguramente llegará.

 

Es un hecho sin embargo que estuvieron ahí policías del estado y policías federales y de ahí ha surgido un enfrentamiento mediático en el que ambos niveles de gobierno se acusan de haber sido los responsables del asesinato. Según sus alegatos, ambas policías llegaron cuando los cuerpos de los jóvenes asesinados ya estaban tendidos en el pavimento. Cosa por demás ridícula. Los videos muestran, en esencia la brutalidad policiaca que no ha sido depurada en los nuevos cuerpos policiacos, esa brutalidad que no distingue entre policías estatales o federales. Muestran a civiles disparando. No hay duda. Fue el gobierno el que los mató, es por lo tanto un crimen de estado.

 

En el aspecto político los aguirristas han exagerado en sus ataques a los estudiantes de Ayotzinapa; en redes sociales los atacan con saña, no sólo bases aguirristas, también funcionarios, con una actitud que no sólo no logra descalificar a los ayotzinapos, que estaban en ese lugar en una más de sus manifestaciones en las cuales es hasta cierto punto normal cierto nivel de vandalismo y que sin embargo no justifica su asesinato, muestra en cambio la vena del odio hacia esos estudiantes que reclaman sus derechos -pese a sus vías poco ortodoxas-, y esa vena de odio mostrada públicamente, podría alimentar la idea de que efectivamente habrían sido policías estatales, en ese tenor de odio mostrado, quienes dispararon a los odiosos -para ellos- estudiantes. Eso le da una connotación política al crimen y muestra la faceta del bajo umbral de tolerancia de los aguirristas ante quienes no piensan ni actúan como ellos quisieran.

 

El gobernador, en corto, sin embargo, se ha portado mucho más maduro que sus huestes aguirristas: Ha optado por separar apresuradamente a dos miembros de su gabinete de seguridad, quizá sin tener responsabilidad, eso no se sabrá hasta que concluyan las investigaciones, pero el separarlos de sus cargos no tiene ningún peso legal ya que la indagatoria está a cargo de la PGR, por lo tanto aunque Alberto López Rosas siguiera siendo procurador, no podría incidir en el resultado de la investigación, pero se puede entender entonces su separación como un gesto de buena fe del gobernador, para facilitar la investigación y el castigo de los responsables del delito.

 

Por otra parte Aguirre Rivero ha precisado que él ve con buenos ojos que vengan instancias internacionales a apoyar la investigación, pensando en que si fueran culpables las fuerzas federales, el que lo dijera una instancia internacional, le daría más credibilidad y evitaría que el gobierno estatal se enfrentara al federal, en momentos que la presencia federal por el combate al crimen organizado le es de tanta utilidad al ejecutivo estatal.

 

Es cierto sin embargo, que después de ocurridos los lamentables hechos, ha habido quienes han querido y quieren aún sacar raja política, aprovechando para inflamar más la cuestión mediática en contra del gobernador, lo cual le cobrará la factura en la elección de julio del 2012, pese a que en el estado las fuerzas políticas del sistema se han acuerpado en su defensa


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