Por
Jorge Romero Rendón
Rufino Silva Domínguez es la
cabeza visible de una red de corrupción, tráfico de influencias y negocios
sucios, que se ha enriquecido poniendo en riesgo la salud de miles de
guerrerenses, y quien desde su puesto como director de Epidemiología de la
Secretaría estatal de Salud (SSa) pretende
chantajear al gobierno de Ángel Aguirre Rivero para imponer sus métodos
gangsteriles, con apoyo sindical, y por
cuenta de los hermanos Carlos Mateo y Rafael Aguirre Rivero, hermanos del
gobernador.
Un ejemplo de los métodos empleados por Rufino Silva y sus protectores
se pudo ver claramente la semana pasada, cuando trabajadores del área de Vectores de la SSa realizaron un paro masivo de labores, con el pretexto de
obtener un aumento en la dotación económica que obtienen por concepto de
viáticos en su labor. Todo operado por el dirigente de la Sección 76 del SNTSA
(Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud), Celerino Robles Anaya, incondicional de
Silva y de los hermanos Aguirre.
Pero lo que en realidad buscó ese movimiento fue presionar a las autoridades estatales para cesar en su cargo al Jefe
del Programa de Vectores, Felipe Dzul Manzanilla, quien ha encabezado una
estrategia exitosa que disminuyó por miles la incidencia del Dengue en Guerrero.
El objetivo era sustituirlo por
el anterior titular de esa área, Israel Canché Aguilar, socio y amigo personal
de Rufino Silva, a quienes se les considera culpables del caos provocado entre
los años 2006 al 2009, en que el Dengue se contagió a más de 20 mil personas.
El movimiento sindical no logró
la remoción de Dzul, pero se esperan nuevos embates de parte de Rufino Silva,
de sus amigos del sindicato y de sus poderosos protectores que pretenden volver
a hacer negocios con la salud de los guerrerenses, como en el pasado, cuando
manipularon a su antojo cientos de millones de pesos del presupuesto para la
lucha contra el Dengue.
Unos
tipos de cuidado…
La carrera de Silva Domínguez ha sido larga en la Secretaría de Salud,
donde ha laborado para varias administraciones gubernamentales. Su última
aparición había sido durante el período 2006 – 2009, en el mismo puesto de director
de Epidemiología, desde donde operó
presupuestos multimillonarios y rindió los peores resultados de la historia de
la salud pública en Guerrero.
Por lo que en las altas esferas
de Salud federal extrañó mucho que el gobierno de Aguirre Rivero lo repusiera
desde abril del 2011 en el mismo puesto en que tanto falló. Aunque se sabe
que fue por influencia de sus hermanos,
Carlos Mateo y Rafael Aguirre Rivero que se dio el nombramiento.
Pero ¿porqué el empeño de tener a Rufino y a Canché al frente de los
programas contra el Dengue?
Porque, según las denuncias existentes, ambos operaron la adquisición masiva de insecticida adulterado durante
esos años, lo que les generó ganancias millonarias, pero que también provocó un
brutal repunte del Dengue en Guerrero.
De acuerdo con datos oficiales, en el año 2005 se reportaron menos de
mil casos de Dengue, pero con la llegada de Zeferino Torreblanca al gobierno estatal, así como de Luis Barrera Ríos a la Secretaría de
Salud, llegaron también Rufino Silva e Israel Canché a hacerse cargo del
programa de Epidemiología, y de Vectores, respectivamente. Y ahí empezó la
crisis, pues gracias a los negocios
chuecos de Silva y Canché con los hermanos Carlos Mateo y Rafael Aguirre
Rivero, principalmente con la adquisición de insecticida diluído comprado con
empresas fantasma, al año siguiente la incidencia del Dengue se triplicó.
El negocio con el insecticida barato iba tan bien, que durante los años
2006, 2007 y 2008 la alta incidencia del Dengue se mantuvo en más de 4 mil
casos en promedio (los moscos no mueren,
solo son bañados por un líquido inocuo), que impactaron a los dos años
siguientes, cuando se llegó a una cifra
histórica de 5 mil 832 casos en el año 2009 y a 5 mil 632 en el 2010.
Lo interesante de esas cifras es que por un lado creció también la incidencia del grave Dengue Hemorrágico, que
llegó a casi 2 mil casos en el 2010; lo que por el otro lado generó más
ganancias a los corruptos funcionarios y a sus socios, pues también creció el presupuesto destinado a
combatir el Dengue: en el 2007 se le
asignaron 110 millones de pesos, y en el 2008 creció a 115 millones de pesos.
Todo en vano, pues la incidencia del mal siguió creciendo.
Hoy, en cambio, luego de dos años de la gestión de Dzul Manzanilla al frente del programa de Vectores, y con el apoyo
del secretario actual de Salud, Lázaro
Mazón Alonso, los casos de Dengue
han bajado dramáticamente, después de la crisis del insecticida adulterado, a
777 en el año 2011, y a solo 130 en lo que va de este año, lo que es un
logro que debe reivindicar el gobierno de Ángel
Aguirre Rivero, pues incluso el
presupuesto se redujo a menos de una cuarta parte de lo que se gastó en los
años señalados, pues hoy es de solo 38 millones de pesos (contra los 115 millones
del año 2008 y los casi 6 mil casos del año 2009).
Lo malo, sin embargo, es que nunca
se le fincó responsabilidad penal a Rufino Silva ni a Israel Canché como autores
no solo de un fraude multimillonario, sino de un delito de lesa humanidad al traficar con la salud de los guerrerenses, y
encima hoy están de nuevo retando al gobierno estatal desde las entrañas
del propio gobierno, a que les sea devuelto el negocio que tanto dinero les
dejó, pero que tanto daño causó. (CONTINUARÁ)
Correo electrónico: rendon59@gmail.com
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