Gallery

header ads

El servicio público según la PGJE

Médula

Jesús Lépez Ochoa

Por obligado requerimiento de esa tortura a la que llaman trabajo me vi en la necesidad de recurrir a otro no menos castigador vía crucis: tramitar una carta de “antecedentes criminalísticos”, a la que antes le decíamos “antecedentes no penales”.
Se oía menos gruesa  la cosa. Decir “vengo por mis antecedentes criminalísticos” me suena como a “vengo por mi record de delitos” o “vengo a ver cuántos llevo”.
No pude evitar sentirme criminalizado. Lo que es peor, por algo inexistente como es la palabra “criminalístico”. Para la Real Academia Española, solamente existe la forma femenina “Criminalística” que viene del alemán Kriminalistic y significa el estudio de los indicios de un hecho criminal con el fin de determinar todos los datos posibles relativos a la víctima o a las circunstancias del crimen.
Pero más allá de la rudeza del lenguaje, el usuario recibe el servicio en indecorosas condiciones. El área donde se realiza todo el procedimiento es donde anteriormente se ubicaba la Agencia Central del Ministerio Público del Fuero Común, a un costado del Servicio Médico Forense, por lo que recomendamos llevar un desodorante ambiental de esos que venden en spray, pues de lo contrario, tendrá que soportar un fétido olor a descompuesto que luego de media hora provoca dolor de cabeza.
El aroma sería lo de menos, si fuera rápido el trámite, pero éste se realiza de manera desordenada. La gente llega desde las 8:00 am y se le atiende hasta las 09:00 horas. Se amontan las personas porque no hay filas establecidas, sino que se va improvisando: “los que ya hayan pagado hagan otra cola acá” y cosas por el estilo.
Cada paso, es una fila: 1.- Para entregar una copia de la identificación oficial y recibir una ficha que hay que llenar. 2.- Para que le tomen a uno la foto. 3.- Para que le tomen a uno las huellas digitales (a la antigüita, con tinta y esponja). 4.- Para pagar los $130.00 que cuesta el trámite. 5.- Para corroborar que tus datos sean los correctos y 6.- A que te llamen para entregarte el documento.
Solamente el quinto paso transcurre sentado en un área con aire acondicionado en la que además de la frescura contrastante con el infernal calor exterior la pestilencia es imperceptible.
Salí de ahí dos horas después con los pies adoloridos, impregnado de olor a mortandad, pero aliviado de que “no se encontraron antecedentes criminalísticos”, luego de lo cual, la palabreja no se me hizo tan mala como la manera en que se brinda el servicio.
Recuerdo que hace un par de años realicé el mismo trámite, cuando era procurador Alberto López Rosas, y a lo único que me mandaron a la zona de pestilencia fue a que me tomaran las huellas y me cobraran por parte de la Secretaría de Finanzas. Todo lo demás, incluida la espera, transcurrió sentado en un salón con aire acondicionado del edificio nuevo de la Procuraduría.
 Ni hablar cada quien tiene su concepto de “servicio público”. Quien conozca al actual procurador infórmele por favor que no nada más está para encarcelar delincuentes, sino también para dar una atención digna a los ciudadanos de bien que tenemos que realizar trámites como la dichosa cartita esa para acceder a un empleo.
El ciudadano se va con su documento, pero con un mal olor y una pésima imagen del gobierno del estado.

Publicar un comentario

0 Comentarios