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Médula Perversidades… Jesús Lépez Ochoa

* En trasfondoinformativo.mx, le damos la bienvenida a la colaboració0n con artículos editoriales, del periodista Jesús Lépez, a quien consideramos unos de los mejores en su ramo, le valoramos su aporte en este género que requiere de información adecuada y buena redacción y le deseamos mucho éxito y larga temporada de columnista.

atentamente

Staff
 
La perversidad es considerada natural en el ser humano por pensadores como Thomas Hobbes y Nicolás Maquiavelo. Otros como Jean Jaques Rosseau aseguran que el hombre nace bondadoso y la sociedad lo pervierte.
Hay quienes son perversos por ignorancia de la gente, como ha sucedido precisamente a Maquiavelo (sinónimo de perversidad para quienes no se han tomado el tiempo de leer sus obras), y quienes perversamente endilgan este adjetivo, a quien se deje, con tal de satisfacer objetivos personales.
Estas reflexiones me vienen cuando leo declaraciones atribuidas a la secretaria de Desarrollo Social del gobierno estatal, Beatriz Mojica Morga, quien según consigna el periódico El Sur, se habría quejado “de que el gobierno federal entrega los recursos del Ramo 33, para el combate a la pobreza, de manera “perversa” pues reduce las participaciones a los municipios en los que se reduce (sic) la población por la migración, la mayoría de las veces como consecuencia de la pobreza en que viven los habitantes”.
Merece atención la posibilidad de que no sea la pobreza (que con escaso recurso estatal aportado hasta ahora sigue creciendo en el estado) “la mayoría de las veces” la causa, sino la inseguridad, que priva en el territorio estatal. Coincidentemente Guerrero es de los estados que han omitido informar a los diputados federales, si ejerció o no el dinero del Fondo de Aportaciones para Seguridad Pública (FASP).
Sin embargo no es competencia de la declarante el tema de seguridad, sino el de la pobreza, en un estado como Guerrero, donde el 98 por ciento de sus localidades son de Alta y Muy Alta Marginación, y la preocupación discursiva por los municipios pobres choca con la realidad, por ejemplo, de los 21 considerados los de menor índice de desarrollo humano en la entidad.
Durante el primer semestre del presente año se habría invertido en éstos unos mil 670 millones de pesos por parte de los tres niveles de gobierno. La aportación del gobierno de Guerrero en estas acciones contra la pobreza, es de menos del cinco por ciento de los recursos.
El ejemplo explica la preocupación por el mayoritario dinero federal que se pierde con estas migraciones ante la incapacidad de generar ingresos propios por parte del gobierno estatal y de los ayuntamientos ante cuyas nuevas autoridades se habría calificado de “perversa” la manera en que se les recortan los recursos a causa de la migración.
Aunque trillada por su común uso en el “dimedireteo” político, la palabra “perversa”, resulta digna de análisis en boca de quien lo dice y ante quienes lo dijo.
El diccionario de la Real Academia Española nos indica dos usos para este adjetivo. El primero, para hablar de algo, o alguien “sumamente malo, que causa daño intencionalmente”. El segundo es para referirse a aquello que “corrompe las costumbres o el orden y estado habitual de las cosas”.
Por su sentido conservador descartaré la segunda acepción porque resulta impensable que una persona de izquierda como se supone a la señora secretaria, llame perverso a aquello que rompa con las costumbres o el orden habitual de las cosas, cuya conservación es precisamente el paradigma histórico de la derecha.
Respecto al primer significado, vale la pena apuntar la condición de intencionalidad que establece. No es perverso quien causa un daño, sino quien lo hace “intencionalmente”.
La federación aplica recortes en obediencia a una norma previamente aprobada por legisladores de todos los partidos. Es decir, obligada, más no intencionalmente. Beatriz Mojica fue diputada en la LIX Legislatura Federal. No recuerdo alguna acción suya para impedir o limitar esos procedimientos, como si es notable ahora su mal uso (intencional o no) de un adjetivo.
El que una funcionaria endilgue calificativos a otras instancias del régimen ante autoridades como son los alcaldes, da la triste impresión de que nuestro sistema político es una especie de estado hobbesiano de naturaleza donde todos están contra todos, en busca de los reflectores, cuando lo realmente importante es dar a la comunidad, la respuesta que espera de parte de las autoridades a sus necesidades. Sobre todo a la pobreza, que tanto preocupa pero que se combate con acciones y no con adjetivos.
¿Alguien gusta un plato de perversidad en su mesa? Si es así, buen provecho.

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