En Acapulco algo grave
pasa con las autoridades que no se han podido poner al frente de la sociedad, a
tres meses de asumir formalmente el gobierno municipal.
De un lado los problemas
de inseguridad, de incontrolable inseguridad, les han amarrado las manos. ¿Cómo,
por ejemplo, parar a los carros sin placas, si de repente en uno de ellos
pueden ir capos armados hasta los dientes que en un abrir y cerrar de ojos
quitarían la vida a quien se les atraviese? ¿Cómo ir a revisar negocios y
cobrar licencias y refrendos, si ya pasan los criminales a cobrar derecho de
piso? ¿Cómo regular en Catastro si ya mataron a dos y el titular prefirió
renunciar? ¿Cómo recorrer colonias si no se sabe en donde se topará el alcalde
con algún capo que controlan los territorios?
De ese lado pues, la
inseguridad no deja gobernar.
De otro lado, la falta de
recursos, no sólo por las deudas heredadas de una alcaldesa que hizo más
destrozos que un chivo en cristalería y le provocó más daños al que la dejó en
el cargo que si hubiera sido su enemiga, sino también por la falta de capacidad
para la gestión de los recursos en fuentes de por sí difíciles y en condiciones
muy cuesta arriba por ser finales de ejercicio fiscal.
Y no hablo de incapacidad
intelectual, sino de incapacidad política, a partir de un gobierno municipal
políticamente marginado del gobierno federal y todas sus áreas –donde están los
recursos que mitigarían la difícil circunstancia por la que se atraviesa- y
dependiente a más no poder un gobierno estatal que sin duda le cobra demasiado
cara su ayuda, una ayuda más mediática que real.
SIMON DICE:
Sin dinero y sin seguridad
y con una policía poco confiable, no se puede gobernar, de ahí que se observa a
un gobierno paralizado. Es más no se le observa.
SIMON DICE:
¿Y el gobernador de
Acapulco? No es un error, SIMON DICE gobenador de Acapulco y oscuridad del estado. El gobernador Ángel Aguirre tiene para 79 municipios
a sus funcionarios, entre ellos la diligente Secretaria de Desarrollo Social,
Beatriz Mojica y al marginado pero tenaz Lázaro Mazón, mientras él se encarga
de gobernar Acapulco y para descansar su natal Ometepec.
Aguirre gusta de pasearse
en la zona Diamante del magnate Carlos Slim, ahora ya no tiene que ir a buscar
al PRD nacional, ahora los trae, los emborracha en Casa Guerrero o en Punta Sirena,
los alimenta con suficientes mariscos de los más caros y le aplauden, mientras
aparece como dadivoso, con los recursos que le escatima al resto del estado, en
obras magnas que ni siquiera consultó con los acapulqueños, menos con su
gobierno.
Hasta el momento su
millonaria obra del Metrobús, tropicalmente bautizado como Acabús, tampoco
permite al gobierno municipal ejercer el mando: inició sin siquiera sacar
manifiesto de impacto ambiental y avanza como topo voraz, abriendo zanjas sin
detenerse a pensar en que también hay carros que deben circular. Cortan calles
y tubos de agua potable, dejando a los ciudadanos sin vialidad y sin agua, que
de por sí son escasas, haciendo una ciudad insufrible, ante el silencio
impotente del gobierno municipal que no puede decir nada para defender a sus
ciudadanos del avasallamiento.
SIMON DICE:
El gobernador tampoco deja
gobernar al ayuntamiento de Acapulco. Sin seguridad, sin dinero, sin
funcionarios (han renunciado al menos tres) y avasallado por el estado, no se puede gobernar...ha menos...ha menos...que se haga alta política, con el cerebro frío, no con el hígado ni con el corazón...
SIMON DICE:
Es todo por hoy y
recuerde: A río revuelto, ganancia de pescadores.
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