Juan
López
El gobierno federal negó el rescate
financiero de Acapulco. De una asignación de 6 mil 500 millones de pesos en el
presupuesto federal para obras en Guerrero, de ese total para proyectos en el
Puerto sólo se etiquetaron 571 millones.
Ignorar que la República está políticamente
subdividida en 2,445 municipios, da al traste con los sueños de los ilusos. Si
el tocayo Luis Videgaray Caso le hubiera hecocaso a nuestro Alcalde, en su
petición de 1,500 millones de pesos para rescatar las finanzas municipales, el precedente tendría que
multiplicarse por las otras 2,444 comunas que dirían con justa y sobrada razón
y ¿a mí por qué no?
La Nación no puede establecer condiciones de
privilegio para ninguna de la Entidades administrativas con jurisdicción
propia.
Confiar en legisladores anodinos como
gestores de lo imposible nos da como resultado esa negativa de la Federación
para rescatar a Acapulco de sus deplorables condiciones económicas.
Sin embargo, hay muchas otras alternativas
al alcance de las posibilidades municipales. Existen cientos de maneras de
bajar recursos económicos para el Ayuntamiento, de igual número de programas de
refuerzo. Pongo un ejemplo:
Si el Director de Cultura pide a Conaculta
apoyos económicos para actividades creativas culturales municipales, podría
disponer de una bolsa de hasta 50 millones de pesos anuales. Pero le falta
técnica promocional, conocimientos y capacidad para obtener beneficios. No sabe
litigar este tipo de beneficios.
La Dirección de Cultura si cuenta con tres o
cuatro millones para sus actividades anuales, es una suerte.
En vez de lloriqueos se necesitan funcionarios
preparados en batallas burocráticas que sepan manejar el menú de posibilidades
con que la Federación puede solventar muchísimas solicitudes.
El ejemplo tiene multiplicidades. Cada uno
de los organismos locales tienen su correspondiente abanico de apoyos: Sedesol,
Hábitat, Turismo, DIF, Obras Públicas, Seguridad y Protección Civil, Zofemat,
Servicios Públicos, Registro Civil. Etc.
Y a ellos sumemos los Proyectos de
Desarrollo Regional, en los que el presupuesto federal es generoso en
Pavimentación, Alumbrado Público, Espacios Deportivos y Rehabilitación de
Infraestructura. Fondos que manejarán varios Estados de la República y en los
que tendrá una participación especial el Estado de Guerrero, Oaxaca y Chiapas
por su densidad de pobreza.
Pero parece que nadie aquí en Acapulco sabe
hacer otra cosa, más que confiar en que dos o tres legisladores -Jorrín, Mejía,
Sofío- inútilmente insistan en pedirle a Videgaray dinero, para lo que ni
siquiera les hace caso.
Da pena ajena que estos flamantes representantes
populares, desconozcan la metodología y eficacias de una buena gestoría
edilicia, para proveer a la administración municipal de recursos frescos, sin
tener que andar perdiendo el tiempo en querer que el presupuesto federal,
resuelva las tribulaciones de Acapulco.
Si supieran que, en etiquetas para
municipios existen cientos de programas federales, los que sólo requieren de su
justificación social y de la necesidad de que se apliquen para solventar
empleo, pobreza, seguridad, educación, salud, caminos, Internet. Etc.
Cómo hacer entender a quien no entiende. Un
ciego, dice La Biblia, no puede guiar a otro ciego. Estas líneas han sido
escritas con el afán de ayudar a que los propios ayuntamientos: cada cual a su insuficiencia,
cada quien a sus urgencias, sepan que sólo de ellos dependerá que el gobierno
del Estado, el Federal y otras instancias filantrópicas, provean de
asignaciones económicas a los que padezcan sequía financiera.
PD: “Al Poder, la Imaginación”: Graffiti el
68 en Tlatelolco.
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