Acabús, sobrevaluado e inútil en Acapulco

Para el ingeniero Hugo Arizmendi, de la comunidad politécnica en Acapulco, la construcción del metrobús en Acapulco, localmente llamado Acabús, con una nversión estimada inicialmente en mil 800 millones de pesos, es una obra faraónica que está sobrevaluada y que a final de cuentas no resolvera el problema de vialidad en el puerto.
En una amplia charla sobre el tema, presentada anoche en vivo en el programa Trasfondo informativo en Siga TV, el especialista en vialidad lamentó que no se haya hecho una planeación ni un estudio de suelos en Acapulco así como de su dinámica vehicular ni un plan maestro de transporte y vialidad, antes de hacer una inversión de esa magnitud y que por el contrario, se hayan limitado a copiar un modelo de transporte, con sus dimensiones propias, de la ciudad de México, donde tanto el suelo como la población son diferentes.
HUgo Arizmendi sabe de lo que habla ya que fue él quien coordinó en 1998, luego del paso del huracán Paulina por Acapulco, la elaboración de un estudio completo y un plan integral de transporte y vialidad, mismo que no ha sido hasta ahora escuchado por las autoridades locales, pese a que todas lo han conocido, desde el ex alcalde Zeferino Torreblanca Galindo, hasta el actual Luis Walton Aburto. nadie ha escuchado la idea de que para ordenar la vialidad y el transporte se tiene que contar con un plan integral y no actuar por ocurrencias, dice.
El mismo ingeniero civil de carrera ha dirigido los estudios de ordenación de transporte y vialidad en Puebla, Baja California y otras ciudades del país y advierte por ello que el Acabús, además de caro no va a venir a resolver nada, como tampoco el Macrotúnel (pero eso es harina de otro costal que parece ideado para gastar dinero o justificar gastos, más no para resolver problemas de Acapulco).
Para empezar, dice, el Acabús carece de un marco legal en las leyes de transporte y reglamento vial de la ciudad, a los cuales se tenga que apegar para su funcionamiento, en segundo lugar, el municipio no tendrá ingerencia en su operación, por lo cual será operado desde una oficina a 120 kilómetros de aquí, en tercer lugar la falta de planeación va a provocar otros problemas serios y en tercero, sacar los 2 mil camiones que se pretende, de los 13 mil que al menos existe, es como qjuitar un pelo a un gato, o sea no resuelve la aglñomeración vehícular y en cambio si reduce los espacios para circular, ya que el Acabús tendrá para sí un carril especial, que se le quitará al resto del transporte público y privado.
Eso lo hace infuncional y, no se explica cómo es que teniendo en Acapulco un suelo duro, se pavimentan vialidades al mismo grosor del que se hizo en la ciudad de México donde el suelo es lodoso, como el de la zona del mercado del Parazal en Acapulco. Eso significa, dice, que el metro cuadrado de concreto colocado en Acapulco está teniendo un costo mucho más elevado que lo que debiera tener.
En su opinión cada metro cuadrado no debiera costar más de mil 700 pesos, porque sólo requiere unos diez, 12 o máximo 15 centímetros de grosor y no los 40 que le están poniendo, en tanto que esta obra dirigida por una empresa traída de la Ciudad de México,  lo debe estar cobrando a unos 8 o 10 mil pesos cada metro cuadrado, es decir que los 16 kilómetros pudieron costar menos de 300 millones de pesos  cuando según la proyección presentada por el gobernado costará más de mil millones, es decir, tres veces más.
Otros problemas que traerá la construcción de ese Acabús es que los 40 centímetros de concreto representarán un problema para reparar lo que quedó abajo como tuberías de agua y drenaje, así como cableado de teléfono, cablevisión, luz electrica, entre otros, pues ya no se podrá ´perforar con una máquina normal.
Adicionalmente, como no contempla obras de drenaje pluvial, se van a generar inundaciones en La Progreso, a la altura de la Cuauhtémoc, donde se hicieron las rampas de ascenso y descenso y en todo Renacimiento.