Gallery

header ads

Angel Aguirre no puede

El gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre cada vez está más desesperado al darse cuenta que no puede con esta entidad que gobernó ya medio sexenio cuando concluyó el periodo de su compañero de partido Rubén Figueroa Alcocer, pero que ahora se le atoró a medio camino, al parecer por diversos compromisos imposibles de eludir.

 

En aquel tiempo no tuvo que enfrentar el principal flagelo de un estado democrático: La inseguridad propiciada por el crimen organizado y encima acusado de proteger a uno de los líderes de los grupos criminales locales, de apellido Aguirre y a quien señalan de tener relación familiar.

 

Una criminalidad que colocó al estado entre los primeros lugares de violencia del mundo y que le impidió gobernar en una buena parte del estado, en unas porque los poderosos grupos del crimen organizado no le permiten ni asomarse, como la parte alta de la Costa Grande y casi toda la Tierra Caliente, y otras porque la sociedad organizada tuvo que entrar al quite para hacer el trabajo de protección de la sociedad, que debería y que no pudo hacer el gobernador con sus cientos de policías bien armados y entrenados, como la Costa Chica y La Montaña, donde, según la propia CRAC, tuvo que recurrir a sus esbirros para formar grupos paleros que restaran presencia a la policía comunitaria, misma ésta última que le demostró que ellos si pueden con el crimen con el que Aguirre no puede.

 

El llamado del coordinador de la fracción priista en la cámara de diputados federal, Manlio Fabio Beltrones, de que los gobernadores deben aplicarse para brindar seguridad a sus ciudadanos o si no pueden que renuncien, no tenía dedicatoria para Aguirre, pero éste se puso el saco, precisamente porque sabe es uno de los que no pueden, como se lo puede decir cualquier ciudadano que no se siente seguro en las calles y como dijo el propio poeta Javier Sicilia en su momento: "Si no pueden que renuncien".

La respuesta del gobernador al diputado priista no pudo ser peor, ni más equívoca. Represor, le dijo, confundiendo la obligación de dar seguridad a la gente y de combatir a los grupos de criminales, en lo cual no hay represión sino mandato popular, con el trato que en otros épocas se ha dado a luchadores sociales asesinados por los gobiernos, como el caso del Charco, cuando Aguirre era gobernador o el de Aguas Blancas, cuando Figueroa le heredo el gobierno a Ángel, o como cuando asesinaron a los líderes estudiantiles de la normal de Ayotzinapa, o la desaparición de los ecologistas de la Costa Grande, durante este gobierno, o del líder de taxistas asesinado en Ometepec, lo que sí es represión.

 

Como cualquiera con dos dedos de frente comprende, Manlio Fabio le pidió, no a Aguirre, sino a los gobernadores que no pueden con la inseguridad, no era que asesinaran a líderes sociales, sino que enfrenten a la delincuencia organizada, que cumplan con el mandato popular que se les confirió y, si eso es llamar a la represión entonces tendría que llamar también represor a Javier Sicilia.

 

La respuesta de Aguirre dada en una rueda de prensa este martes en Acapulco parece indicar, que no sólo no puede, tampoco comprende.



Enviado desde mi oficina móvil BlackBerry® de Telcel

Publicar un comentario

0 Comentarios