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Bernardo Ortega, diputado rajón de malos antecedentes

Simón Dice

Es increible el cinismo del diputado Bernardo Ortega, al lanzarse contra los maestros guerrerenses en lucha por sus derechos laborales y contra la mal llamada reforma educativa, e incumplir el acuerdo firmado con los mentores en el Instituto de Estudios Parlamentarios Eduardo Neri, para debatir sobre estos temas en un foro público.

Bernardo Ortega dijo que si, pero sólo porque estaba rodeado de maestros que amenazaban hacerlo caminar, algo que él ignora desde que come del presupuestom oficial, pero una vez que se sintió seguro, con los gorilas que lo resguardan, agarró valor para decir que dice su mamá que siempre no. Para rajarse pues, como se dice en mi pueblo.

Pero no es sólo el cinismo de un diputado que llega por el PRD, partido del que fue presidente pese a ser un tipo gris, que con esta actitud parece ignorar que los maestros de Guerrero, han sido artífices de la izquierda de Guerrero y sus luchas han corrido paralelas al fortalecimiento del partido al que él ahora representa en el congreso más maiceado por el gobernador, de los que tengamos memoria.

Ortega Jiménez parece ignorar esa parte de la historia del PRD, la izquierda y las luchas magisteriales, porque seguramente también ignora el tema sobre el que los maestros le pedían debatir, ya que él sólo sabe levantar la mano por las órdenes que recibe de quienes le engordan la chequera.

Claro, como sujeto gris que es, uno no se explica cómo ha llegado a ocupar el cargo de coordinador de la fracción perredista que tiene a gente mucho más preparada y honesta que él y la respuesta podría estar en los malos antecedentes que tiene su familia en su pueblito Quechultenango. sólo basta recordar el artículo de Proceso, públicado en septiembre del año pasado.

Léalo el lector y saque sus conclusiones.

CHILPANCINGO, Gro. (apro).- El diputado local electo del PRD, Bernardo Ortega Jiménez, hijo de Celso Ortega Rosas La Ardilla, detenido por agentes federales por encabezar un presunto grupo de narcotraficantes y tiempo después ejecutado, será el coordinador de la fracción perredista en el Congreso estatal.
Ortega Jiménez, exalcalde de su natal Quechultenango y miembro de la corriente Nueva Izquierda (NI), se impuso con 15 votos a Víctor Aguirre Alcaide, exsubsecretario para asuntos Políticos con el gobernador Ángel Aguirre Rivero.
Los 25 diputados electos del PRD en la entidad se congregaron en un salón al sur de esta capital, junto con miembros de la dirigencia estatal y el presidente nacional de este partido, Jesús Zambrano, para definir al coordinador de la fracción parlamentaria de la 60 Legislatura, quien habrá de asumir el cargo el próximo jueves 13.
De acuerdo con fuentes oficiales del PRD, el gobernador Aguirre ya había convencido a los principales líderes de las corrientes perredistas para que apoyaran a su alfil, el diputado local electo Víctor Aguirre Alcaide.
No obstante, el diputado local electo por la vía plurinominal, David Jiménez Rumbo, exsecretario de Desarrollo Social del gobierno aguirrista y discípulo de Armando Chavarría –asesinado en 2009 cuando se desempeñaba como coordinador del Congreso local–, decidió de última hora declinar por la propuesta de NI y entonces la coordinación de la fracción se definió mediante votación directa.
De esta forma, el bloque conformado por Jiménez Rumbo y NI se impuso al grupo de diputados electos afines al gobernador Aguirre, entre los que se encuentra el hijo del mandatario estatal.
El recién designado coordinador de la próxima fracción parlamentaria del PRD en la entidad lanzó un llamado al grupo del gobernador Aguirre, al rechazar los “avasallamientos”, y dijo que no será “sumiso” frente a los representantes de los poderes Ejecutivo y Judicial.
En su discurso, Ortega Jiménez consideró necesario equilibrar los poderes en la entidad y advirtió que los diputados perredistas van a disentir del Ejecutivo, “cuando sea necesario”.
Ortega Jiménez forma parte de una familia acusada por autoridades federales y estatales de estar vinculada a una estructura delincuencial que opera en el municipio de Quechultenango, ubicado en la región centro de la entidad.
El 22 de diciembre de 2008, policías federales detuvieron a Celso Ortega, La Ardilla, y al expolicía municipal, Ubaldo Nava, en el poblado de Tlanicuilulco, y ambos fueron acusados del secuestro y homicidio de dos agentes federales, quienes realizaban acciones encubiertas sobre narcotráfico en la zona centro de la entidad, y cuyos cuerpos fueron encontrados ejecutados y calcinados en agosto de 2007, destacó entonces la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal.
En ese tiempo, el entonces secretario de Seguridad Pública estatal, el general Heriberto Salinas Altés, destacó que en el municipio de Quechultenango operaba “un minicartelito llamado Los Ardillos”, y que su centro de operaciones estaba en el poblado de Tlanicuilulco.
Posteriormente, el 26 de enero de 2011, fue asesinado a tiros el padre del ahora diputado local electo perredista.
El ataque se registró durante la tarde en el poblado de Tlanicuilulco, cuando Celso Ortega, de 65 años, se encontraba afuera de su domicilio y fue interceptado por un comando que viajaba en una camioneta.
Ortega Rosas, La Ardilla, recibió al menos cinco disparos en diferentes partes del cuerpo, pero no murió en el lugar de la agresión, sino en un hospital privado de esta capital, donde fue trasladado por sus familiares para intentar salvarle la vida, indica un reporte de la SSP estatal.
En ese entonces, ninguna autoridad explicó la situación legal de Celso Ortega, quien había sido detenido y encarcelado acusado de homicidio y delincuencia organizada.

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