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Inseguridad, Educación e Iglesia CAMBIOS Y DUDAS

Por Rodrigo Huerta Pegueros*
A quienes no les gustan los cambios, estos días les ha de haber parecido toda una locura por lo sucedido a nivel local, nacional e internacional.
En lo local, podemos apuntar que no ha muchos y menos al nuevo comisionado de la policía federal, Manuel Mondragón y Kalb, les ha gustado que se hayan multiplicado la aparición de los policías comunitarias, policías civiles o los grupos armados de autodefensa popular, que con el argumento de defender sus intereses particulares de la delincuencia común y del crimen organizado, salieron a las calles y carreteras a enfrentarlos, provocando una confusión enorme entre las autoridades municipales, estatal y federal quienes no sabían y hasta estos momentos no encuentran la forma de disuadirlos para que depongan su actitud y se sometan al imperio del Estado de derecho. En pocas palabras, la ineficiencia mostrada por el Operativo Guerrero Seguro (OGS) para frenar la delincuencia y la violencia, han prohijado este nuevo estado de cosas.
A nivel nacional, los mexicanos hemos sido testigos de la nueva forma de gobernar del presidente de la República, Enrique Peña Nieto, quien desde su toma de posesión puso los puntos sobre las íes en cuanto a su programa de acción para enfrentar los enormes retos que tiene México como nación frente a las desigualdades sociales internas y la obligación de convertir al país en un ente competitivo, innovador y productivo ante el exterior. Para lograr el éxito de estas empresas, el gobernante ha diseñado, explicado y puesto en marcha una serie de acciones que tienden a avanzar en el paquete de reformas legislativas implícitas en el Pacto por México firmado por los principales partidos políticos que operan en el Congreso de la Unión y que han dado ya resultados visibles y palpables como son las reformas a la educación y lo laboral, prosiguiendo con la fiscal y la energética.
Pero si estos cambios no fuesen suficientes para tener a la opinión pública atenta a lo que está realizado el actual gobierno federal, surgido de las entrañas del vetusto partido Revolucionario Institucional (PRI), el presidente Peña Nieto ha logrado en este corto tiempo de mandato, imponer su forma de gobernar haciéndola congruente entre el discurso y la praxis. No olvidemos que así sucedió con la firma del Pacto por México y seguido con la práctica parlamentaria en las cámaras de diputados y senadores de donde salieron las reformas prioritarias para la federación.
La reforma educativa era, una de las principales detonantes de estos cambios profundos y necesarios para el desarrollo nacional y por ende se aceleraron los tiempos para impedir que fuesen bloqueadas en último momento por los grupos opositores a la reforma, lo cual se logró en parte, pues los maestros disidentes integrantes del sindicato y coordinadora nacional de trabajadores de la educación, se aprestaron ha realizar manifestaciones, paros y cierre de escuelas en varias entidades del país, situación no contemplado en el guión original de la federación.
Para impedir que esta ola magisterial siguiera subiendo de tono y se frenara el daño que se estaba haciendo a los estudiantes del país, los hombres del presidente, parte de su círculo mas cercano, realizaron un trabajo cauteloso para iniciar el descabezamiento del movimiento magisterial contrario a la reforma educativa recientemente aprobada por el legislativo federal.
Luis Videgaray, secretario de Hacienda y crédito público y uno de los artífices del triunfo del PRI en la pasada contienda electoral presidencial, dio el primer paso al descubrir irregulares movimientos financieros provenientes de las cuentas del SNTE (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación), dándose como resultado la revelación de todo un cártel magisterial dedicado a triangular recursos económicos a favor de la lideresa sindical, Elba Esther Gordillo Morales.
Para cerrar la pinza, Luis Videgaray obtuvo el apoyo incondicional de la Procuraduría General de la República, encabezada por José Murillo Karam, quien se adhirió al proyecto persecutor e incluso se prestó a ser el denunciante principal contra la presidente vitalicia del SNTE. Lo descubierto y la forma de darlo a conocer a la opinión púbica fue verdaderamente todo un espectáculo a fin de que no quedaran dudas o cabos sueltos respecto al trabajo de investigación financiera de la SHCP y la actuación dentro del marco de la ley de la PGR. La maestra Gordillo, como nunca se lo imaginó nadie, fue detenida y está hoy sujeta a proceso judicial sin derecho a salir bajo fianza al igual que otros tres cómplices debidamente resguardados y que han salido a dar la cara en la audiencia frente al juzgado tras las rejas.
Sin demeritar el trabajo de Hacienda y de la Procuraduría, la presentación de la maestra Gordillo y cómplices tras las rejas, es casi un cliché de lo sucedido en Enero de 1989 cuando fue detenido por el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, el líder petrolero Joaquín Hernández Galicia (La Quina), pues a éste, tras su detención, se le presentó también tras las rejas. Por lo tanto no fue ni es ocioso decir que el Gordillazo es un símil del Quinazo y de ahí las dudas que se tienen alrededor de esta nueva detención. ¿Es política o es legal? Los pronunciamientos y las hipótesis al respecto son muchas y variadas, pero solo el tiempo nos dirá si actuaron conforme a la ley o solo tenía el propósito de apagar el fuego y desinflar las movilizaciones contra la reforma educativa.

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