Murieron antes de los 17: los niños asesinados por el crimen organizado
por: Óscar Balderas
Tw: @oscarbalmen
Sobre la tierra aún húmeda por el rocío
de la madrugada, encontraron el cuerpo de Elpidio en estado de
descomposición. Estaba boca abajo, con las piernas y brazos extendidos,
una bolsa de inhalante en la mano y un disparo en la nuca.
Había desaparecido desde el miércoles 13
de febrero de este año, cuando unos desconocidos lo invitaron vender
aguacates con ellos en el municipio de Acatic, Los Altos de Jalisco,
para que pudiera sumarle unos pesos extra a su trabajo como reciclador
de latas y botellas.
Elpidio no volvió a casa el miércoles,
sus familiares lo reportaron desaparecido el jueves y el sábado por la
madrugada lo hallaron sobre un rastro de tierra que indicó que su cuerpo
fue arrastrado.
Su muerte culminó una serie de tragedias
para la familia Vega Hernández: el papá de Elpidio lleva más de un año
en el Penal de Puente Grande por posesión de drogas y su madre, según la
policía local, tenía algún grado de adicción a las drogas.
El domingo lo enterraron, entre dudas
sobre si su homicidio estaba relacionado con los delitos de su padre.
Elpidio tenía 9 años cuando lo ejecutaron.
***
Desde el año 2010, cada 36 horas un niño
o adolescente es ejecutado en México y su muerte está vinculada a la
lucha contra el crimen organizado, según un documento de la Red por los
Derechos de la Infancia en México (Redim).
De acuerdo con la ONG, con sede en la
ciudad de México, un conteo hemerográfico arrojó que homicidios como el
de Elpidio no son fenómenos aislados: 757 niñas y niños de entre 0 y 17
años han sido asesinados directamente por grupos armados hasta la fecha.
“No estamos hablando de balas perdidas o
los mal llamados ‘daños colaterales’. Son muertes en población infantil
por causa violenta, ligadas a la lucha contra el narcotráfico”, explicó
Juan Martín Pérez García, director ejecutivo de Redim.
En 2010, se contabilizaron 174
homicidios; en 2011, 244; en 2012, 289. Y en lo que va del año, señaló
Martín Pérez García, se han contabilizado alrededor de 50 casos.
“Son crímenes usados como propaganda, en
muchos casos. Sirven para dar un mensaje a las familias. Es el extremo
de la violencia”, lamentó.
Y si esa estadística es escalofriante, la que sigue es mucho más alarmante.
***
El 2 de diciembre de 2011, Rodrigo C.
fue hallado muerto en el fraccionamiento Infonavit Progreso en el puerto
de Acapulco, luego de 24 horas de estar desaparecido.
Los hombres que lo interceptaron en su
camino a la tortillería envolvieron su cuerpo en plástico negro y lo
dejaron frente al edificio 5, donde vivía con su madre.
El Servicio Médico Forense de Guerrero
determinó que la causa de la muerte fue por asfixia, probablemente
ejecutado apenas fue secuestrado.
A Rodrigo, de 7 años, lo encontraron junto a una cartulina que decía: “Esto me pasó por soplón”.
***
De acuerdo con Redim, la estrategia de
la lucha contra el narcotráfico de Felipe Calderón, y la continuidad del
plan por parte del gobierno de Enrique Peña Nieto, demuestra que la
violencia hacia niños y adolescentes va en aumento.
El 77% de estos homicidios se dan por
armas de fuego, pero el crimen también usa otros métodos: 5% por
estrangulamiento; 3% con algún objeto cortante. Con el mismo 2% están
“empatados” tres tipos de homicidios a menores: con armas de fuego de
intención no determinada, agresión con fuerza corporal y agresión con
humo.
Con 1%, se igualan los asesinatos con material explosivo y los de agresión sexual con fuerza corporal.
Finalmente, 7% son métodos varios, que van desde desmembrar cuerpos hasta enterrarlos vivos.
“De nuevo, es importante tenerlo en
contexto: estamos hablando de víctimas de 0 a 17 años, niños de 5 años,
niñas de 8, jóvenes de 11 o 12 que ni siquiera han entrado a la
secundaria.
“Hoy por hoy, el estado más peligroso
para un niño, según nuestras cifras, es Chihuahua, seguido de Nuevo
León, Guerrero y Sinaloa”, indicó el director ejecutivo de Redim.
Los más vulnerables son los varones de
entre 15 y 17 años, pero hay otros casos documentados: los 16 niños de
entre 5 y 9 años ejecutados en 2012 y 2010, por ejemplo.
El documento también expone otro fenómeno: el 80% de las muertes no
se han podido vincular a un grupo criminal específico, por lo que su
resolución probablemente quede impune.
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El miércoles 20 de marzo de este año, el sitio BlogDelNarco.com
publicó una historia de otra menor asesinada: Esthefani, de 16 años,
había sido acribillada por un sicario que portaba un arma 9 milímetros.
En pleno Centro Histórico de San Luis
Potosí, un hombre se acercó a la joven, quien trabajaba en un puesto de
discos apócrifos en el Mercado Los Huarecheros; seis disparos después, a
quemarropa, falleció frente al local 19.
El sitio publicó la fotografía del
cuerpo: Esthefani tendida bocarriba, el brazo izquierdo doblado, el
derecho extendido, con una blusa rosa que resalta su corta edad.
Días más tarde, autoridades potosinas
explicaron una posible línea de investigación: Esthefani pudo ser novia
de un narcomenudista de la zona, a quien le cobraron una deuda
quitándole a balazos a su pareja.
Esthefani no había terminado ni el segundo año de preparatoria.
***
Para frenar este fenómeno, Redim tiene
una propuesta: urge un Sistema Integral de Garantía de los Derechos de
la Infancia y Adolescencia en México.
“Hasta el momento, los esfuerzos de
autoridades federales y locales no están articulados. Hay muchos vacíos
que ponen en vacío legal a los niños y esto se puede resolver con
voluntad política”, señaló Martín Pérez García.
Un primer paso, comentó, sería un
diagnóstico oficial, a nivel nacional sobre la violencia hacia niñas,
niños y adolescentes en México solicitado por la Cámara de Diputados,
REDIM y organismos internacionales.
Luego, introducir en las legislaciones
federales y estatales la prohibición legal explícita de toda forma de
violencia contra las niñas y los niños, en todos los entornos, así como
la promoción de un sistema en todo el país que recabe datos sobre la
violencia contra niñas, niños y adolescentes.
“Y muy importante, un Sistema Nacional
de Garantía de Derechos de la Infancia, es decir, un órgano que articule
sistemas de asistencia, educación, salud y justicia en instituciones
que atienden a la niñez”, afirmó el especialista.
Mientras esto no suceda, alertó,
seguirán casos como el de Ana, de 12 años; Juan Manuel de 14 años; Pedro
de 8 y su hermana de 6 años.
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