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B. California, del voto ciudadano a la negociación política

El resultado de la elección en Baja California, donde las autoridades electorales ratificaron el triunfo del candidato de la alianza PAN-PRD, Francisco "Kiko" Vega, frente al priista Fernando Castro Trenti, nos confirma que en México aún no hay elecciones libres y que los resultados, triunfos o derrotas, se cocinan, por fuera de la voluntad popular, en base a los intereses de los partidos políticos.

 

Decimos esto, porque es secreto a voces, que en esa elección fueron todos, incluyendo al presidente de la República, Enrique Peña Nieto, contra el candidato tricolor, a quien identifican con el grupo del coordinador de la bancada en San Lázaro, Manlio Fabio Beltrones, y todos quiere decir, hasta los operadores del PREP que se supone deben ser profesionales, pues es inconcebible que nos salieran con que se les movió sin querer un algoritmo que le daba un punto porcentual más a Kiko y uno menos a Trenti, lo que da al PAN-PRD, dos puntos de ventaja, los cuales dado lo cerrado de la contienda, eran fundamentales para ganar o perder.

 

Que eso fue negociado quedó más claro todavía cuando el PRI pidió el "voto por voto" que antes le regateó a AMLO, para echarse para atrás, cuando el propio presidente de la República, les llamó a reconocer su derrota y cuando el dirigente nacional del PRI, dijo que no impugnarían, atando así de manos al priismo bajacaliforniano.

 

¿Porqué tanto miedo de los panistas perredistas a que se contara voto por voto? Seguramente temían que se descubrieran las triquiñuelas y las votaciones alteradas. Pero porqué eso también preocupaba a Peña Nieto y al PRI nacional?, pues porque el PAN-PRD amenazaron con que si perdían en BC romperían el pacto por México y eso sería hacer ingobernable al país para el esposo de la gaviota. Ingobernablem en este caso significa no poder sacar las reformas constitucionales que requiere para sacar adelante sus propuestas de gobierno: fundamentalmente la Hacendaria, que podría implicar la generalización del IVA y la energética, que implica la apertura a la inversión privada en Pemex. Para Peña y para el PRI nacional , eso vale más que el estado de Baja California, gobernado desde hace 24 años por el PAN, desde que Carlos Salinas de Gortari, entonces presidente de la República, les entregó la entidad a los azules, por medio de Ernesto Ruffo Appel, en la primera concertación de la historia reciente mexicana, en la que los partidos grandes -PRI-PAN-PRD-, se empezaron a repartir el poder para seguir gozando de sus mieles.

 

Hoy, una derrota del PAN en ese estado hubiera significado un duro golpe al liderazgo nacional de Gustavo Madero y el ascenso de los corderistas-calderonistas, que no son partidarios del pacto, por ende, era poner el riesgo el pacto. El triunfo de kiko Vega, le salvó el pellejo a Madero y le salvó el pacto a Peña, pero desvirtuó la voluntad popular, que no debiera ser negociable, pues convierte a las elecciones en una farsa.

 

Y no es que esté mal negociar, eso es parte fundamental de la política. Máxime si se trata de mantener un pacto nacional, entre las tres principales fuerzas políticas del país, que han permitido, en realidad, una revolución de terciopelo, sin la participación de las masas, sino completamente acordada cupularmente. No está mal que esas fuerzas sepan ceder para ganar más. Lo que está mal es la falta de respeto a la voluntad popular y el retroceso tremendo que se da nuestro sistema electoral, donde ya no se definen los ganadores.

 

Ese hecho que aumenta la falta de credibilidad de la sociedad en los partidos, que ni siquiera respetan sus votos y el triunfo del candidato independiente en un municipio de Zacatecas, son finalmente las principales lecciones de estas elecciones. Conclusión: al diablo con los partidos, lancemos candidatos independientes.


Esta informacion es de interes publico

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