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Asegura agencia que PRD no podrá evitar reforma energética en México



 Se espera que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, presente esta semana su propuesta en torno a la reforma energética, culminando así con un año de intriga y especulación, publica la agencia de inteligencia Stratfor.
A pesar de la controversia que se ha generado en torno al sector energético, se espera que Peña Nieto y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) presenten dicho paquete de reformas, mismo, que a diferencia de los intentos anteriores, cuenta con el apoyo del principal partido de la oposición, el Partido Acción Nacional (PAN).
Por su parte el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el segundo grupo opositor más importante en México, de acuerdo con Stratfor, se ha pronunciado en contra de la modificación constitucional al artículo 27, sin embargo, dicho partido es “demasiado débil” para obstaculizar seriamente el proyecto energético de Peña Nieto, señala la publicación.
En el aspecto energético, por un lado encontramos al PAN, mismo que ha apoyado a las propuestas más completas, incluyendo la idea de “privatizar parcialmente a Pemex”, acción que es poco probable debido al sentimiento de nacionalismo en torno a la paraestatal.
En el otro extremo, encontramos a la izquierda mexicana, representada por el PRD, partido que apoya una reforma energética limitada misma que haría que Pemex fuese más rentable, pero no resolvería problema más urgente del país, que es la necesidad de ampliar la exploración y producción de hidrocarburos, reporta la agencia de inteligencia.
En medio de estos dos extremos, encontramos al PRI, grupo político que ha sugerido varias veces una reforma transformadora y estructural, pero que no llegan a la privatización de Pemex. Esto es ampliamente entendido en el sentido de mejorar la paraestatal, introduciendo modelos de contratación más atractivos, publica Stratfor.
Durante estos meses de gobierno, Peña Nieto ha tratado de consolidar el apoyo de la reforma energética desde adentro de su partido y tan sólo en la última semana de julio, el presidente se reunió con 18 gobernadores priistas, cuyo apoyo será fundamental para la aprobación de la reforma constitucional.
El reciente retraso en la presentación de la reforma priista, indican que el gobierno federal está abordando los desacuerdos de forma preventiva, en lugar de esperar hasta más tarde para abordar los problemas internos.
Ante las pocas discrepancias entre el PRI y el PAN, y con sus respectivos pilares políticos a favor de la reforma, los esfuerzos de Peña Nieto ya se asemejan más a una campaña de relaciones públicas que a cualquier otra cosa, afirma la publicación.
A pesar de que el PRD está tratando de clasificar al proyecto de reforma energética priista como una “privatización descarada y antidemocrática”, el PRI se ha encargado de negar que en su proyecto en torno al sector energético se contemple la privatización de Pemex.
La privatización es un término muy ambiguo en el contexto de las reformas del sector de energía de México. Para el PRD, la privatización equivale a permitir que empresas extranjeras y privadas obtengan concesiones.
En última instancia, la tarea para el gobierno mexicano es forjar una propuesta que aborda de manera significativa los problemas que enfrenta el sector de la energía, mientras que convence con el argumento de que la reforma no es equivalente a la privatización.
A pesar de los intentos de truncar la reforma energética por parte del PRD, quien podría parecer obstruccionista,  el PRI y el PAN  van a hacer una de las reformas más transformadoras de México en décadas, asevera Stratfor.

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