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De Morelos y Añorve en la guerra ideológica en Guerrero, en la presentación de un libro en la UAA



La Universidad Americana de Acapulco (UAA), mostrando aún las huellas de la acometida del temblor de 6 grados del pasado martes, que sacudió a 19 municipios de Guerrero (y mostró a un gobierno pequeñito, sin estrategia i información fiable hacia la sociedad) además del Distrito Federal, se vio de pronto concurrida como en sus mejores tiempos, en uno de sus auditorios.
La presentación de un libro, editado por la Cámara de Diputados federal, y cuya coordinación y prólogo estuvieron a cargo de un polémico político acapulqueño, cuya sola presencia saca de sus casillas al hasta hoy ausente alcalde del puerto Luis Walton, al grado de que cada visita suya es atacada furiosamente por sus escribanos y que, sin embargo, ha mostrado cada vez mayor acercamiento por colonias, comunidades y por otros municipios, provocó esta vez la movilización de ciertas élites y que esta vez se reflejó en que tuvieran que duplicar el número de sillas del foro principal y habilitar en la parte externa unas bocinas, para que quienes no pudieron acceder al teatro, escucharan el desarrollo del evento.

"Comunicaciones desde la Insurgencia", 43 documentos del Generalísimo José María Morelos y Pavón, presentado por el diputado federal priista Manuel Añorve Baños y comentado por su colega Jorge Salgado Parra, un joven y convincente legislador perredista de Chilpancingo, así como por los rectores de las dos principales universidades del estado, la Autónoma de Guerrero, Javier Saldaña Almazán y la Americana de Acapulco, Mario Mendoza, parecía un título a modo para demostrar la vigencia, tanto del pensamiento del prócer guerrerense, como de la figura del legislador federal, único diputado federal priista, que tras la derrota en las últimas elecciones de Guerrero, ha ido y venido a dar la lucha ideológica, con cierta ventaja, porque mientras él tiene derecho de picaporte en al menos la mitad de dependencias federales que manejan recursos, hacia un estado pobre; en Acapulco el partido gobernante ni siquiera ha podido integrar un gabinete completo a casi un año de distancia y el triunfador gobierna a través de un un edil, que según los testimonio se ha mareado en un pequeño ladrillo de poder y el del estado, priista de toda la vida, ha dado fuertes bandazos, sin poderse ubicar en su nuevo papel de perredista y enrredado en su propia creación de autodefensas, parece maniatado.
Quien haya visto a Añorve Baños en la presentación del libro, con una fila de casi una hora para firmar un libro que no es de su autoría, pero que prologó, otra hora más para las entrevistas, de todos los temas pues resulta un referente, está metido en las reformas, en la gestión de recursos, en la apertura de puertas para ediles de la entidad y en la negociación al más alto nivel con todas las fracciones partidistas; hablando de asuntos tan espinosos como el de las autodefensas o del movimiento magisterial, y luego en la larga salutación de líderes empresariales, dirigentes de los principales sindicatos cetemistas y del SUSPEG, de grupos sociales, a académicos, ex rectores, alcaldes, media docena de delegados federales, regidores, diputados locales, y hasta haciendo compromisos para ya bajar recursos para avanzar en la obra de la nueva catedral católica del puerto y de buscar más recursos para la UAGro y la UAA o lisonjeando a su homólogo, el perredista Salgado Parra, para trabajar juntos por el presupuesto del estado y de las casas de estudio, diría que se trata de alguien con poder y no sólo de convocatoria en la entidad, sino con poder, a secas; mostrándose, con seguridad y sin problemas, mientras los electos como ejecutivos en Acapulco y en Guerrero, deambulan por el limbo de la decepción de sus electores, que no ven que se cumplan las promesas demagógicas de la campaña.
Las palmadas en la espalda y las felicitaciones van y vienen, desde los alcaldes de Ometepec y el de Tecoanapa, hasta el repsentante del arzobispo de Acapulco y del PRI estatal, consejeros del IEEGRO, notarios, líderes sociales, hasta guapas mujeres vistiendo sus mejores galas y algunas caras de la comunidad cultural.
Pláticas al óido, abrazados, casi fundidos, sintiendo el sudor propio y el ajeno, quizás planteando problemas, pidiendo apoyos, buscando el consejo o soluciones. 
Por ahí un destacado ex panista, ahora recibe peticiones para el legislador, toma nota, escribe teléfonos da citas, entrega tarjetas; unos ex perredistas poderosos, escuchan peticiones de colaborar con la UAGro, en el comedor universitario. Los estudiantes pobres podría comer pollo a muy bajo precio, subsidiado por esa familia y por la UAG; altos funcionarios de paraestatales, terror de dependencias como Capama entre otras, también esperan el turno para abrazar y ser escuchados y hasta para dar entrevistas.
Comunicaciones desde la insurgencia, diría Añorve, habla no sólo de la guerra física, cuyas batallas ganadas en los frentes harían a Morelos digno se ser mencionado por Napoleón Bonaparte, en el sentido de que con cinco generales como él habría conquistado el mundo, sino también de la batalla ideológica, donde también obtuvo importantes victorias, al hacer proclamas desde Chilpancingo “capital de la República”.
Y sí, hay que tener genio para dar las batallas militares e ideológicas en Guerrero, desde la insurgencia, desde la oposición pues, y dar muestras de poder ganar la guerra…
El legislador salió del edificio de la UAA en su camioneta oficial, luego de responder que sus recorridos por el estado están fuera de la agenda electoral, pero dentro de la gestión directa de recursos federales para los ayuntamientos guerrerenses; mientras decenas de asistentes aún quedaban en las escaleras y en el estacionamiento, saludándose, congratulándose de volverse a ver.

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