FELIPE VICTORIA ZEPEDA
selvicz@hotmail.com
Les echó para atrás su proyecto de la
Policía Rural y sigue inquieto el Diputado Rubén Figueroa Smutny,
molesto porque percibe dilaciones a la obligada comparecencia de quienes
colaboran con el Gobernador Angel Aguirre Rivero en las áreas de
seguridad y justicia, sigue pendiente el desglose de los asuntos
correspondientes al segundo informe de gobierno.
Parece tener razón el aspirante a candidato priista a la alcaldía de Acapulco sucediendo a Luis Walton Aburto, si es que este funcionario termina completo su periodo en el 2015, pues la política está llena de sorpresas y bien pudiera abandonar la nave antes de llegar al puerto, dejando a otro u otra en su lugar.
¿Por qué no se quiere poner en el banquillo del Congreso a los “responsables” de la seguridad en el estado?
En primera y así lo supongo, porque no es un tema que ninguno de ellos domine ni conozca a medias siquiera; tanto el actual Procurador Iñaky Blanco Cabrera como el Secretario de Seguridad Pública, Almirante Sergio Javier Lara Montellano y menos aún el Magistrado con Licencia Jesús Martínez Garnelo, ocupaban los cargos de ahora antes del 1 de abril de 2013, entonces realmente nada podrían explicar de muchos acontecimientos.
Lo que hubiera hecho bien o mal, o dejado de hacer Marta Elba Garzón Bernal como Procuradora, Humberto Salgado Gómez como Secretario General de Gobierno y Guillermo Jiménez Padilla como pésimo aprendiz de Sheriff, no es responsabilidad directa de los nuevos en esos cargos estratégicos, entonces por economía procesal no se ve mucho caso que vayan a apoltronarse en el Palacio Legislativo a recibir cuestionamientos incómodos de diputados que sobre la materia también resultan ignorantes…¿alguno de los y las diputadas han sido policías o ministerios públicos alguna vez?
Que la seguridad pública siga tambaleándose en Guerrero y la gobernabilidad parezca estar emboscada, es consecuencia de una cadena de equívocas decisiones y ocurrencias de momento. Por no caer en provocaciones se dejaron cometer muchas barbaridades de parte de gremios en rebelión, pero eso no es problema tan solo de Guerrero, sino de Michoacán y muchas otras partes.
La Federación en tiempos de Felipe Calderón también equivocó procedimientos y estrategias, hasta encubrió sus puestas en escena con la complicidad de la PGR y la CNDH y en lo que va del mandato de Enrique Peña Nieto lo que se ha notado es la intención de cambiar de estilo, pero no eficacia real.
Que la DEA los haya obligado a capturar limpiamente a un temible Capo jefazo de los Zetas en la frontera de Tamaulipas con Texas no es para echar las campanas a vuelo; la versión oficial no convenció a nadie, pero los mexicanos ya nos acostumbramos a estar como escuchando aquella canción que interpretaba Víctor Yturbe El Pirulí “miénteme más, que me hace tu maldad feliz”.
Por eso es mejor no pedirle peras al olmo, el daño en México al sistema de justicia y seguridad está hecho y no de la noche a la mañana, ni con discursos y buenas intenciones se habrá de resarcir.
Personajes encarcelados injustamente durante el periodo calderonista recuperaron ya su libertad, pero apenas y les dieron un simple “usted disculpe”, más no se les ha indemnizado justamente como reconocimiento a responsabilidades institucionales, entonces no hay nada que festejar o reconocer, bueno fuera que ese tipo de errores de apreciación en consignaciones jamás volvieran a cometerse y que los culpables fueran procesados.
La certeza jurídica anda por los suelos y de eso está muy consciente el Procurador General de la República Jesús Murillo Karam, pero tendrá que reconstruir primero la devastada institución; las procuradurías de justicia en los estados siguen en las mismas de siempre; ineptitud, falta de espíritu de servicio y deshonestidad aunadas a corruptelas tradicionales; las corporaciones policiacas de los tres niveles agobiadas por la ley de plata o plomo.
No es en vano la reacción generalizada en algunas entidades con ese fenómeno del hartazgo popular transformado en grupos de autodefensa, que de alguna parte consiguieron armas y toman la justicia en sus manos, aunque sea primitivamente y se le ponen al brinco a las fuerzas armadas nacionales en desacato a leyes federales.
Las autoridades municipales y estatales le echan la pelotita caliente a la federación y en la cúpula no quieren que corra más sangre inocente; lamentablemente la política de dejar hacer y dejar pasar no es la solución ante la anarquía y la rebelión, habría que hacer de tripas corazón y actuar evitando hasta lo humanamente posible excesos en la aplicación de las leyes, pero parece que no se cuenta con personal capacitado para ello, ni con ganas, no tienen el valor y les vale.
Así las cosas, ni para qué pierdan su valioso tiempo los diputados locales guerrerenses por cubrir meros formulismos. Ha de ser importante por lo menos mantener seguros de no pasar un mal rato a los nuevos encargados de la hipotética seguridad y ponerlos en ridículo.
Parece tener razón el aspirante a candidato priista a la alcaldía de Acapulco sucediendo a Luis Walton Aburto, si es que este funcionario termina completo su periodo en el 2015, pues la política está llena de sorpresas y bien pudiera abandonar la nave antes de llegar al puerto, dejando a otro u otra en su lugar.
¿Por qué no se quiere poner en el banquillo del Congreso a los “responsables” de la seguridad en el estado?
En primera y así lo supongo, porque no es un tema que ninguno de ellos domine ni conozca a medias siquiera; tanto el actual Procurador Iñaky Blanco Cabrera como el Secretario de Seguridad Pública, Almirante Sergio Javier Lara Montellano y menos aún el Magistrado con Licencia Jesús Martínez Garnelo, ocupaban los cargos de ahora antes del 1 de abril de 2013, entonces realmente nada podrían explicar de muchos acontecimientos.
Lo que hubiera hecho bien o mal, o dejado de hacer Marta Elba Garzón Bernal como Procuradora, Humberto Salgado Gómez como Secretario General de Gobierno y Guillermo Jiménez Padilla como pésimo aprendiz de Sheriff, no es responsabilidad directa de los nuevos en esos cargos estratégicos, entonces por economía procesal no se ve mucho caso que vayan a apoltronarse en el Palacio Legislativo a recibir cuestionamientos incómodos de diputados que sobre la materia también resultan ignorantes…¿alguno de los y las diputadas han sido policías o ministerios públicos alguna vez?
Que la seguridad pública siga tambaleándose en Guerrero y la gobernabilidad parezca estar emboscada, es consecuencia de una cadena de equívocas decisiones y ocurrencias de momento. Por no caer en provocaciones se dejaron cometer muchas barbaridades de parte de gremios en rebelión, pero eso no es problema tan solo de Guerrero, sino de Michoacán y muchas otras partes.
La Federación en tiempos de Felipe Calderón también equivocó procedimientos y estrategias, hasta encubrió sus puestas en escena con la complicidad de la PGR y la CNDH y en lo que va del mandato de Enrique Peña Nieto lo que se ha notado es la intención de cambiar de estilo, pero no eficacia real.
Que la DEA los haya obligado a capturar limpiamente a un temible Capo jefazo de los Zetas en la frontera de Tamaulipas con Texas no es para echar las campanas a vuelo; la versión oficial no convenció a nadie, pero los mexicanos ya nos acostumbramos a estar como escuchando aquella canción que interpretaba Víctor Yturbe El Pirulí “miénteme más, que me hace tu maldad feliz”.
Por eso es mejor no pedirle peras al olmo, el daño en México al sistema de justicia y seguridad está hecho y no de la noche a la mañana, ni con discursos y buenas intenciones se habrá de resarcir.
Personajes encarcelados injustamente durante el periodo calderonista recuperaron ya su libertad, pero apenas y les dieron un simple “usted disculpe”, más no se les ha indemnizado justamente como reconocimiento a responsabilidades institucionales, entonces no hay nada que festejar o reconocer, bueno fuera que ese tipo de errores de apreciación en consignaciones jamás volvieran a cometerse y que los culpables fueran procesados.
La certeza jurídica anda por los suelos y de eso está muy consciente el Procurador General de la República Jesús Murillo Karam, pero tendrá que reconstruir primero la devastada institución; las procuradurías de justicia en los estados siguen en las mismas de siempre; ineptitud, falta de espíritu de servicio y deshonestidad aunadas a corruptelas tradicionales; las corporaciones policiacas de los tres niveles agobiadas por la ley de plata o plomo.
No es en vano la reacción generalizada en algunas entidades con ese fenómeno del hartazgo popular transformado en grupos de autodefensa, que de alguna parte consiguieron armas y toman la justicia en sus manos, aunque sea primitivamente y se le ponen al brinco a las fuerzas armadas nacionales en desacato a leyes federales.
Las autoridades municipales y estatales le echan la pelotita caliente a la federación y en la cúpula no quieren que corra más sangre inocente; lamentablemente la política de dejar hacer y dejar pasar no es la solución ante la anarquía y la rebelión, habría que hacer de tripas corazón y actuar evitando hasta lo humanamente posible excesos en la aplicación de las leyes, pero parece que no se cuenta con personal capacitado para ello, ni con ganas, no tienen el valor y les vale.
Así las cosas, ni para qué pierdan su valioso tiempo los diputados locales guerrerenses por cubrir meros formulismos. Ha de ser importante por lo menos mantener seguros de no pasar un mal rato a los nuevos encargados de la hipotética seguridad y ponerlos en ridículo.
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