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. ¿Si a Aguirre, le fue mal, a Walton?...

Cartas Marcadas
Por Alfredo Guzmán

Los momentos complicados de la vida, hacen que surja en uno, lo mejor o lo peor.
Las lluvias torrenciales que acarrearon al estado de Guerrero miles de toneladas de agua, por las tormentas tropicales, convertidas en huracán, nivel uno, Ingrid y Manuel, fueron un elemento para establecer el tamaño del ciudadano, del líder y del político.
No cabe duda que los vacíos se llenan y en esos momentos, cuando menos se esperan surgen liderazgos, que con sus acciones, establecen de qué están hechos y su condición social y sus alcances.
No será necesario identificar la determinación del presidente de México, Enrique Peña Nieto, quien sabedor de que el escenario, se encontraba complicado, abandonó la celebración del 15 de septiembre en Palacio Nacional, luego de que los datos que tenían en su poder establecían que las lluvias, estaban provocando daños severos en varios estados del país. Mientras los demás se quedaron bebiendo, él fue a descansar, cuando lo normal, era quedarse a compartir y festejar su primer grito de independencia.
Es evidente que muchos festejaron y en vez de estar atentos a lo que sucedía, se fueron a beber.
Mario Moreno Arcos, desde la mañana del 14 de septiembre, estuvo monitoreando la presa del Cerrito Rico. Presa, que da origen al Río Huacapa y que recibe miles de litros de agua que provienen de la sierra de Chichihualco y que convertido en río, parte en dos la capital del estado, Chilpancingo, con un cauce, que divide a la ciudad. Dio la voz de alarma y cuando vio que las lluvias, iban desbordar su cauce del río Huacapa, ordenó desalojar y habilitar los albergues. Eran las 4 de la mañana del 15 y seguía operando las acciones de Protección Civil, municipal. No fue a la fiesta.
Un personaje que estaba preparado para realizar una carrera de 5 kilómetros y que se suspendió, por que las avenidas de Acapulco, estaban anegadas, inició un proceso de organización, de instrucción a su equipo, desde el puerto de Acapulco. Habilitó albergues a las escuelas de la UAG, instruyó a los comedores universitarios a otorgar comida a quienes lo requirieran y estuvo monitoreando las lluvias, además de promover que los estudiantes de enfermería y medicina, se pusieran a las órdenes de los Servicios Estatales de Salud (SES), para que participaran en las acciones de apoyo a la ciudadanía. También instruyó para que técnicos de la UAG, habilitaran una red de Internet en CU, luego de que la capital, se quedó sin la red correspondiente: Su nombre: Javier Saldaña Almazán, rector de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG).
Tímidamente, el gobernador del estado de Guerrero, Ángel Heladio Aguirre Rivero mandó tres mensajes por facebook y dio una entrevista en Radio y Televisión de Guerrero (RTG), que pocos vieron y escucharon en la capital, luego de que había zonas enteras sin luz. No se mojó los pies. Hasta que se conoció del traslado del presidente de México, Enrique Peña Nieto, al estado de Guerrero, quien dio la orden, para que al término del desfile del 16 de septiembre, el Secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, declarara zona de desastre extraordinaria y atención especial para el estado de Guerrero y lo necesario para trasladarse a Acapulco y otras zonas del estado, para instruir a su atención, fue hasta cuando Aguirre Rivero, estuvo atento, junto a un Luis Walton Aburto, desolado, demacrado y sin aliento, para poder ponerse a la altura de las circunstancias.
El presidente de México, acudió al puente de Puerto Marques, lugar donde el agua subió hasta 2 metros y que aisló toda la zona de Acapulco Diamante, para poder instruir al ejército, sobre la aplicación del Plan DNIII y mandar un mensaje de aliento a los ciudadanos del puerto.
Esa zona sin luz, sin agua, sin red de telefonía, y aislada, al grado de que fue el primer lugar en donde la turba nerviosa, atacó una tienda Chedraui y la vació.
Al momento de escribir este comentario, se desconocía si el presidente de México, Enrique Peña Nieto acudió a la capital del estado, Chilpancingo, donde las aguas y la presa Cerrito Rico y el río Huacapa, causaron muerte, desolación y daños por doquier. Dejando, sin agua, sin luz, sin casas a miles de ciudadanos y causando la muerte de una decena de personas. Pero, lo cierto, es que en los momentos difíciles, es cuando los líderes muestran su verdadero tamaño. Gracias. Comentarios; subalterno1234@hotmail.com Y voyer54@yahoo.com.mx
Esta informacion es de interes publico

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