La lucha interna en el PRD por la presidencia nacional de
ese partido está más ardiente que nunca, por un lado porque los llamados “Chuchos”,
o sea Nueva Izquierda, representados por Jesús Zambrano, no quieren perder la
conducción, con la esperanza de que en el 2018, ellos lleguen a la otra
presidencia, la grande, la de la República.
Por eso andan tan activos promoviendo la aprobación en su
próximo congreso, de la reelección, pues eso le abriría la puerta al propio
Zambrano, de repetir y seguir llevando al partido por la senda de lo que llaman
“democracia moderna”, es decir, el acuerdo con PRI y PAN y aunque no lo crea en
esa lucha tienen respaldo del propio Enrique Peña Nieto.
Por eso los grupos antagónicos al “chuchismo” andan también
muy movidos para que en ese congreso se amarre la precandidatura del tlatonani
fundador, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, para terminar la era de Nueva
Izquierda y empezar otra más plural.
La verdad es que los que impulsan a Cárdenas no la tienen
fácil pues al parecer no les alcanza el número de delegados al Congreso y una
vez más serán derrotados por los seguidores de Zambrano Grijalva, además de que
el ingeniero, puso como condición para aceptar regresar a dirigir el partido,
ser candidato de unidad y ésta ya se rompió, desde que el hijo predilecto del
otro “Chucho” (Jesús Ortega), Carlos Navarrete, arrancó su precampaña, que por
cierto ya lo trajo a Guerrero.
Los perredistas de base están muy preocupados porque saben
que si, como todo indica los “Chuchos” repiten en el poder, con el respaldo de
los priistas de Enrique Peña Nieto, a quien le conviene tener un partido dócil
y subordinado como hasta ahora, el PRD yendo tras la zanahoria de la
presidencia de la República que les han prometido, en una transición de
terciopelo, a cambio de mantenerse en el Pacto por México, terminen siendo una
rémora del PRI, alejándose del sentido popular.
De eso ya se dieron avisos, pues como se recordará el PRD,
en su mayoría, ha votado las reformas de Peña Nieto, casi sin chistar y sólo
negociando dinero, muchas cantidades de dinero, para el DF, no vayan a pensar
mal.
Sin embargo, esa posición dejará a los “Chuchos” cada vez
más solos y fortalecerá por otra parte a la oposición real de izquierda
representada por Morena, en los dos estados que son su bastión de votos: el DF
y Guerrero, donde habrá consecuencias en la elección del 2015.
Termino este artículo señalando que esa situación nacional
encamina a que el candidato del PRD a gobernador de Guerrero sea el senador
Armando Ríos Piter, aliado de los “Chuchos”, bien visto por Peña Nieto y con
alto nivel personal de posicionamiento en el estado. Con su voto a favor de la miscelánea
fiscal del PRI, compró prácticamente la candidatura.
2 Comentarios
O sea, ser de Nueva Izquierda o Chucho es ser un malo o vendido? Que ligereza de crítica sin análisis de fondo
ResponderEliminarNo es un ensayo, es sólo un punto de vista, un artículo de opinión, pero si se hiciera un análisis a fondo del grupo de "Los Chuchos", se demostraría el descomunal abismo de aquellos románticos revolucionarios, que intentaron tomar el cielo por asalto, que estuvieron dispuestos a dar la vida por el pueblo, no queda nada, ahora son unos burgueses que viven del presupuesto y han acomodado su discurso a un acoplamiento al régimen. Ya no quieren la revolución, sólo quieren uno cuantos cambios para que siga la explotación del hombre por el hombre, pero que no sea tan "depredadora"...y vámonos a sus acciones y veremos!
Eliminar¿Qué te pareció esta información? ¿Qué nos falta?