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Epístolas Surianas


 (Carta a El Jefe)
 De Julio Ayala Carlos
Mi Jefe…. Estarás de acuerdo conmigo que ante el asesinato de otro luchador social, en este caso quien fuera secretario técnico de la Red Guerrerense de Derechos Humanos, Manuel Olivares Hernández, ocurrido allá en la Costa Grande, los que aún andan “vivitos y coleando”, no les queda más que exiliarse fuera del estado. Porque, coincidencia o no, en este periodo de gobierno ya son 13 luchadores sociales asesinados, y no digo que por obra o culpa de éste, y cosa rara, la dirigencia estatal del Partido de la Revolución Democrática, a cargo de Carlos Reyes, no dice nada, cuando los que han perdido la vida han estado ligados, de una u otra manera, a este partido político. Así que, con tu permiso, yo creo que hay que pedirle a los dirigentes y luchadores sociales que se vayan del estado, que se autoexilien, al menos por dos años, en lo que termina este gobierno, digo, claro, si es que quieren conservar la vida y no estar con el Jesús en la boca y la pregunta de ¿quién sigue? Claro, es responsabilidad y decisión de ellos si se quedan, pero por prudencia y seguridad, yo creo que lo más sano es que salgan del estado, y se vayan a otra entidad para continuar vivos, y si tienen lana, pues que se tomen unas vacaciones como el abogado de todos los moles, perdón, de Tlachinollan, Vidulfo Rosales, es decir, fuera del país. Digo, qué tanto son dos años? Se pasan de volada, y estarán en vuelta en menos de lo que canta un gallo, porque está visto que, hoy por hoy, la traen chueca. Así que, muchachitos, háganme caso y váyanse del estado, y si les gusta el peligro y las emociones fuertes, váyanse a Michoacán, en donde la situación está pelona y sin embargo, que tenga conocimiento, no se meten con los luchadores sociales. La verdad, Jefazo, me siento culpable por no enviar este exhorto a tiempo, pues de ser así, a lo mejor aún estaría con vida Arturo Hernández, de la Organización Campesina “Emiliano Zapata”; Raymundo Velázquez Flores, de la Liga Agraria Revolucionaria del Sur “Emiliano Zapata”, y Rocío Mesino Mesino, de la Organización Campesina de la Sierra del Sur, entre otros más como Juventina Mojica, dirigente de los desplazados de la Laguna, municipio de Coyuca de Catalán, Raúl Lucas Lucía y Manuel Ponce Rosas, defensores indígenas. Yo digo, Jefe, que no hay que hacerle al héroe, y en consecuencia los luchadores sociales que afortunadamente aún están vivos deben valorar su vida y la de sus hijos, porque, qué caso tiene que en tu funeral griten los dolientes “justicia”, o “no estás muerto camarada”, y haya toda una pasarela, si al final de cuentas, al paso de unos días, la familia de quien le quitaron la vida queda sola y más desprotegida que nunca. Allá ellos. Yo ya dije lo que creo conveniente. Yo no sé tampoco quién está acabando con los luchadores sociales, ni quién está detrás de todo esto, pero es un hecho que aquí hay algo perverso. ¿Cómo sobrevivir a un autoexilio? Yo creo que hay que preguntarle a Ranferi Hernández Acevedo, quien en un gobierno de interinato, hace algunos años, dijo, palabras más, palabras menos: “más vale que digan aquí corrió que aquí murió”, y raudo y veloz juntó sus tiliches y nada tonto, se fue a vivir tres años a Francia. Jejejé. Tendrán pues que preguntarle al buen Ranferi cómo le hizo con los gastos, y si no, así como le das dinero a los de la policía comunitaria, a la policía ciudadana, a los ayotzinapos y a los maestros cetegistas, deberías hacerlo también con los luchadores sociales, primero para que no les vaya a pasar nada y digan de nueva cuenta que en tu gobierno no tienen la vida segura, y segundo, para que vayan a enchinchar la perra a otro lado, como decía mi abuela cuando nos corría de su lado por traviesos. Es más, mándalos de vacaciones y asunto arreglado. Estoy seguro que hasta te lo van agradecer, y que no te importe que Zeferino Torreblanca los califique de lucradores sociales. Es todo. Espero poder seguir escribiéndote. julio651220@hotmail.com

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