TRASFONDO
Por JULIO ZENON
FLORES
El bloqueo de 10
horas que terminó la madrugada del viernes, en las carreteras, tanto la federal
México-Acapulco, como la Autopista del Sol, tiene, además del daño ocasionado a
miles de personas que viajaban en un sentido o en otro, también fuetes repercusiones
políticas, tanto para la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de
Guerrero (UPOEG), encabezado por Bruno Plácido Valerio, como para el gobernador
de la entidad, Angel AGUIRRE, y el propio alcalde de Acapulco, Luis Walton.
Mucho se han
centrado los medios en el daño a los turistas, o al turismo en general, pues
iniciaba el fin de semana y por ende, había una importante afluencia hacia el
puerto, mientras que otros tanto se preparaban para salir ese día.
Es cierto, ese es
un daño importante, porque al final del día dejó habitaciones desocupadas en
los hoteles, restaurantes sin consumo, casas rentadas previamente, en fin, y
ello representa dinero que no ingresó a la ciudad, consumos y propinas para
cientos de empleados. Fue pues un daño real.
El otro daño fue
directo para la gente que desde Acapulco o las costas, intentaban llegar a la
ciudad de México, con citas pactadas de antemano, tanto en embajadas para
tramitar visas como en hospitales. Una amiga del que escribe, por ejemplo,
perdió su cita en el Siglo XXI, y además le rompieron el parabrisas de su auto,
en esa madrugada de terror. Ella fue hasta ese día simpatizante de la
izquierda.
Los daños
políticos comienzan con la desesperación de la gente que iba hacia México o que
venía a Acapulco y que tuvo que pasar momentos amargos en carretera, varados,
oscuros y amontonados. Mucha gente se preguntó ¿Dónde están las autoridades?
¿en dónde el gobernador que había prometido, antes del periodo vacacional, que
no permitiría bloqueos en la carretera? Muchos, incluso, columnistas de diarios
importantes, concluyeron que en Guerrero no hay gobierno, es decir, que el
mandatario Angel Aguirre, no tiene la capacidad como tal al delegar muchas
funciones en gente inepta, de sus confianzas.
La otra parte del
daño se dio cuando en la ciudad de México, los primeros noticieros de medios
electrónicos comenzaron a trasmitir y a recomendar a los capitalinos que por
ningún motivo viajaran a Acapulco, que en las carreteras no sólo había
bloqueos, sino también violencia. Todos esperábamos una reacción inmediata del
alcalde Luis Walton y su área de Comunicación. Pero sólo se hizo el silencio. Y
cuando abrieron la boca fue para decir que al cabo fueron unas cuantas horas, y
que no era su responsabilidad, sino del gobernador. Nada más desafortunado,
culpar a otros, nunca asumir la responsabilidad propia. Y para colmo, revelar
que su secretario de turismo andaba de permiso, cuando en redes sociales lo
habían mostrado en un hermoso auto convertible en una plácida ciudad norteamericana
y, el primer edil lo justificaba diciendo que nadie es indispensable, ni él
mismo. (¿Estaría ya Walton avisando que él también va a pedir permiso o
licencia?). La parte de la sociedad que no había visto al alcalde como
irresponsable, con esto lo vio en todo su esplendor.
De la UPOEG y
Bruno Plácido, sólo se puede decir, que dieron al gobierno la oportunidad de
mandarlo encerrar, como le hizo con Marco Antonio Suástegui, cuando “tomó” los
pozos de CAPAMA. Poco respaldo tendría Bruno (el Zapata de Guerrero) si ahora
lo detuvieran. En finTu opinión es importante, Comunícate con nosotros a: trasfondoinf@hotmail.com
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