Gallery

header ads

La masacre de iguala ¿Asunto político o criminal?


TRASFONDO

JULIO ZENON FLORES
La masacre de jóvenes ocurrida el viernes 26 de septiembre en Iguala, Guerrero, provocó una dura reacción del gobierno federal y de los dos principales partidos políticos de México, así como de una parte de los perredistas.
Ante ese hecho execrable no falta quien argumenta un fondo político con la intención de quitar peso al hecho en sí, al dato duro: policías municipales rafaguearon a jóvenes estudiantes de la combativa normal rural de Ayotzinapa, que realizaban una actividad de recaudar fondos para un acto conmemorativo del 2 de octubre. Y es que es evidente que se asume que hay un fondo político, entonces se entiende que se busca desestabilizar el estado y por lo tanto el gobernador Ángel Aguirre Rivero, pasa a ser una víctima más, en vez de ser cuestionado por la falta de seguridad pública en el estado y falta de control de las policías, sujetas a un mando único estatal.
En Guerrero la moda es eludir responsabilidades y darle fondo político a un hecho criminal es una forma de ayudar a quienes nos deben brindar seguridad, a evadir la suya en este aspecto.
En lo personal no poseo los elementos para afirmar que ese brutal asesinato, como el del secretario general del PAN en el estado, Braulio Zaragoza Maganda, tenga o no tenga carácter político, pero creo que quienes sostienen que si lo tiene tendrían que explicar de qué manera los políticos y el crimen organizado de Guerrero están o pueden estar imbricados, para deducir que unos grupos u otros usan los asesinatos de inocentes, para lograr sus fines.
La forma en que ocurrieron los hechos en Iguala da la impresión de que ese ayuntamiento si tiene al menos el respaldo del crimen organizado, pues se sabe que los policías municipales intentaron controlar a los estudiantes, que supuestamente molestaban a pasajeros de una línea de autobuses y al no lograrlo, se inicia un altercado en el cual los estudiantes son perseguidos y luego rafagueados por armas de alto poder. Versiones hablan de la participación de civiles en el ataque, luego entonces se colige que civiles armados acudieron en apoyo de los policías municipales ¿Por qué y de dónde salieron esos civiles; quién los convocó?
De ese escenario se antojaba una reacción rápida del gobierno estatal en el control del municipio, cosa que no se hizo.
De ahí que el presidente Enrique Peña Nieto haya pedido ayer que el gobierno estatal asumiera su responsabilidad en la seguridad de los guerrerenses a lo que el gobernador contestó que por ser cosa del crimen organizado le corresponde al gobierno federal. ¿A quién le creemos?
En estricto sentido, y al margen de los partidos que gobiernan, lo que es cierto es que ni el ayuntamiento de Iguala ni el gobierno estatal pueden dar seguridad ni ahí ni en otros municipios del estado de Guerrero, incluido Acapulco, donde tras varios meses de paro la policía local sigue inmovilizada, ahí sí, por una decisión política inadecuada.
Como resultado, el primer edil de Iguala solicitó licencia al cargo. ¿La solicitará también el gobernador Aguirre? O esperará a que, como lo insinuaron los senadores panistas en Acapulco, le soliciten juicio político.
En conclusión, esta columna cree que se trata de un hecho criminal, no político, que  tendrá repercusiones políticas. Ya las está teniendo con la licencia del alcalde igualteco y falta lo que ocurra con Aguirre… quizás, en una mediación, como en Michoacán, se envíe a un comisionado federal. Sería sano.



LA CHICA RALEIGH, la mejor novela de los últimos tiempos, de un autor acapulqueño. ADQUIERELA YA en puestos de revistas o pídela a zenon71@hotmail.com

Publicar un comentario

0 Comentarios