El miedo a las encuestas

TRASFONDO

Por Julio Zenón Flores Salgado

El miedo a la publicación de encuestas deviene de su uso indiscriminado como método de propaganda, por parte de aquellos que, conociendo las reglas del marketing político, pretenden dar al electorado la idea de que van arriba en las preferencias electorales, lo cual no siempre es real.

El planteamiento de repetir una mentira hasta hacerla pasar por verdad viene desde el clásico de la propaganda Joseph Goebbels y se refuerza con la moderna teoría del marketing político de construir escenarios reales a partir de escenarios virtuales; esto es tan sencillo como promover la figura de un personaje como ganador, en diversos foros y medios, hasta que el público, al confrontar la información obtenida por esos medios, concluye que es real, que ese personaje es ganador y por lo tanto, para estar con el ganador, inclina su preferencia por ese personaje, a tal grado que de ser sólo un ganador virtual, esa sensación se exprese en la urna por quienes así lo crean y llegue a ser un ganador real.

Ese es el temor del uso de las encuestas. Que alguien salga ganador en tantas encuestas que pueda dar la imagen de que ya ganó la elección y que por lo tanto no tiene caso votar por un perdedor y optar por votar por el “ganador” o bien abstenerse de ir a la urna “para no desperdiciar el voto”.

Es por eso que los organismos electorales han tratado de regular su elaboración y publicación, sin embargo no han llegado a regularlas al cien por ciento.

En el caso de Guerrero, la normatividad electoral establece que

“Durante los cinco días previos a la elección y hasta el cierre de las casillas, queda prohibido

publicar o difundir por cualquier medio, los resultados de encuestas o sondeos de opinión que tengan por objeto dar a conocer las preferencias electorales de los ciudadanos, quedando sujetos quienes lo hicieren a las penas aplicables a aquéllos que incurran en alguno de los tipos previstos y sancionados en el artículo 292 del Código Penal del Estado” (Ley 264).

Como se ve, la regulación es incompleta pues a cinco días de realizarse la elección las cosas ya están más o menos definidas y solo un cataclismo o una cuestión extraordinaria cambiaría los resultados, lo que arroja que debiera restringirse su publicación desde mucho antes de esos cinco días.

Las encuestas independientes, por otra parte, como las que realiza Laboratorio de Opinión Pública (Labop) en Guerrero, sirven tanto a los partidos políticos, que las debieran de canalizar a sus cuartos de guerra, para ver sus deficiencias, sus avances y retrocesos y al propio gobierno para reforzar campañas institucionales.

En este último caso se ubica la encuesta levantada el 12 de abril de este año por Labop en la cual se indica que la opinión a favor del voto en la entidad, pese a la incertidumbre ante las acciones de quienes no quieren ir a las elecciones, ha crecido al grado de que el 50.3 por ciento de los electores encuestados se dicen muy seguros de ir a votar, lo que sumado al 38.9 por ciento de quienes se sienten poco seguros de sufragar, nos da un total de 89.6 por ciento a favor del voto, por apenas un 10.4 por ciento que dijo sentirse nada de acudir a la urna.

Otros datos rescatables de esa encuesta es su cuadro comparativo con la encuesta levantada por ellos mismos el 7 de marzo pasado, que nos indica que dos candidatos tuvieron un crecimiento importante que va del 5.1 por ciento en el caso del priista Héctor Astudillo Flores, al 6 por ciento de la perredista Beatriz Mojica Morga, mientras los otros decrecieron.

La importancia de este dato no es la de quién subió más o quien menos, sino que la elección finalmente se está polarizando entre dos partidos o coaliciones, a pesar de la gran diversidad de ofertas electorales, que van desde el lado de izquierda radical de Morena, hasta la postura un tanto religiosa del PES.

Sin embargo, es claro que las cosas pueden cambiar, si a alguno de los que van abajo se le ocurre contratar a verdaderos profesionales del marketing y dejan de tirar su dinero con charlatanes.