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Militares ‘invaden’ Acapulco, pero turistas inundan playas

Notimex |

Acapulco— Desde el bulevar que da a la playa, predomina la vista de turistas lanzándose al ocaso desde plataformas de bungee situadas por encima de bares cerveceros con música techno a todo volumen, al tiempo que paseantes en paracaídas se dejan llevar por debajo de las infladas imágenes de Dos Equis.

Pero más de cerca, no se puede evitar ver las armas. Hay policías estatales con pasamontañas negros en camiones con rifles montados. Agentes de la Gendarmería federal armados en cajas de vehículos adaptados de tres llantas.

Soldados de la Marina mexicana portando rifles de asalto y patrullando a pie con las palabras “Protección Turística” en una banda colocada en el brazo.

Una de las playas más famosas y glamorosas en México, desde hace mucho tiempo Acapulco ha tenido dificultades con la narcoviolencia y la guerra entre grupos delictivos que han manchado su imagen de sol y arena.

En el transcurso de los últimos meses, la ciudad se ha visto afectada por huelgas magisteriales y manifestaciones callejeras. Fuerzas militares y federales han asumido el control de la desbaratada Policía municipal.

La peor tragedia del año pasado en México, la desaparición y el probable homicidio de 43 estudiantes de una normal rural, tuvo lugar en la carretera del mismo estado, Guerrero.

“En la ciudad de Acapulco, definitivamente tenemos problemas de seguridad”, dijo Luis Walton, ex alcalde y actual candidato a gobernador. “Hoy en día difícilmente tenemos algo de turismo internacional”.

Pero a pesar de los problemas de imagen, el turismo nacional ha crecido gradualmente. Están llegando multitudes de turistas –en su mayoría mexicanos– que abandonan la capital por Pascua.

La dependencia turística municipal calcula que 350 mil personas visitarán Acapulco durante las próximas dos semanas –y que los índices de ocupación en las 18 mil 500 habitaciones de los hoteles de la ciudad rebasarán el 80 por ciento.

Los promotores dicen que en más de dos años no se han registrado incidentes violentos contra turistas, desde que unos hombres armados violaron a un grupo de seis vacacionistas españolas.

A fin de atraer visitantes, hay vuelos baratos y cuartos de hotel con descuento. Esta primavera, Acapulco ha sido la sede de un congreso internacional de banqueros, un evento de tenis profesional y un gran congreso de turismo.

Expedia, la agencia de viajes en Internet, dijo que el año pasado la demanda de viajes con destino a Acapulco aumentó 50 por ciento. Pero por todas partes pueden verse camionetas de la Policía patrullando y soldados de la Marina moviendo sus toletes.

“La zona turística es ‘a prueba de balas’”, dijo en un nuevo centro gubernamental destinado a asistir a los turistas Netzah Peralta Radilla, secretario de Turismo municipal. Y necesita serlo. “No tenemos nada más. Vivimos del turismo. Por eso es tan importante”.

A Grecia Falcón, estudiante de veterinaria de 22 años oriunda de León, Guanajuato, le preocupaba pasar sus vacaciones en este “paraíso de los narcos”, pero accedió a venir con una amiga criada en Acapulco.

“Como que me da miedo”, explicó, sentada una noche sobre una toalla de playa junto a turistas que habían puesto tiendas de campaña en la arena. Ahora que se ha quitado a los policías municipales, “la gente hace lo que quiere”.

“Fumamos y bebemos y volamos papalotes”, dijo Falcón. “Dicen que la ciudad es más pacífica ahora que no están los policías”.

Para muchos mexicanos, los ritos de desenfreno en la playa están por encima de cualquier temor de violencia restante.

“Me da mucho gusto estar aquí”, dijo Luis Alberto, vistiendo poco más que su pulsera del hotel Mahalo Beach y sosteniendo una cerveza Modelo bajo el sol abrasador. “Los problemas son a las afueras, no aquí”.

El empleado de bienes raíces de 37 años que reside en la Ciudad de México dijo que visitar Acapulco constituye un “fenómeno nacional”, uno en el cual ha participado más de 12 veces. Le gustan las especiales de la hora feliz, las ofertas en los hoteles y los descuentos en la cuota de la carretera otorgados durante las vacaciones. “Aquí todo es más barato”.

Alguna vez Acapulco simbolizó lujo y glamour. Paraíso posterior a la Segunda Guerra Mundial para estrellas de Hollywood como Errol Flynn y John Wayne, era conocido como la Riviera Mexicana y un lugar donde gente como los Nixon celebraban sus aniversarios.

Las guerras del narco en la ciudad han acelerado la gradual transformación de lugar internacional de moda a escape nacional de fin de semana.

El año pasado Walton, el ex alcalde, solicitó al gobierno federal enviar refuerzos a raíz de que más de la mitad de los mil 500 policías municipales reprobaron el examen para desarraigar los nexos con el crimen organizado.

La ciudad ha sido una de las primeras pruebas de la Gendarmería, la corporación policiaca federal que el presidente Enrique Peña Nieto creó para los lugares en crisis.

Algunos propietarios de empresas consideran que la imagen de zona de guerra que tiene la ciudad es exagerada.

“Cuando cargan armas de ese calibre, lo único que parece es que ellos son los que tienen miedo”, dijo Fernando Alvarez Aguilar, quien es dueño de un restaurante e historiador local. “Sigue habiendo la percepción de que los problemas son enormes”.

Pero cuando empiezan las noches y la salsa sale a todo volumen desde las pistas de baile, todos parecen hallarse muy lejos de pensar en la seguridad. (Joshua Partlow/Gabriela Martínez/The Washington Post)LA CHICA RALEIGH, la mejor novela de los últimos tiempos, de un autor acapulqueño. ADQUIERELA YA en puestos de revistas o pídela a zenon71@hotmail.com

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