Gallery

header ads

Preocupación en el PRI

TRASFONDO

Por Julio Zenón Flores

La confrontación en las campañas políticas es como un juego de ajedrez, nadie, ningún candidato o partido político puede de antemano cantar victoria, basado en su propia estrategia o en la que le vendan los especialistas, por más medallas que se tengan o por más brillante que se considere; hasta que se termine el juego, porque del otro lado hay un jugador vivo que también mueve sus piezas en base a los movimientos del contrincante.
Es un error considerar que el contrario será tan tonto que caerá de inmediato en, por ejemplo, la jugada del Pastor u otras en las que el que aplica la iniciativa prepara la celada.
Así está la campaña electoral de Guerrero.
Para quienes nos dedicamos a ser observadores del proceso y analizarlo con base en las teorías de la ciencia política, esta elección en la entidad es un rico campo de experimentación.
Carlos Mandujano, el operador estratégico de la campaña de Beatriz Mojica está echando toda la carne al asador en las declinaciones de ya más de la mitad de los otros ocho candidatos, con la idea, lo hemos dicho antes, de crear la bola de nieve que lleve a la gente a votar por ella creyendo que ya ganó por tener la alianza más amplia, con lo cual espera remontar los entre 7 y 8 puntos que el candidato del PRI, Héctor Astudillo Flores le ha llevado de ventaja desde el mes de enero, en casi todas las encuestas serias que se han levantado, incluyendo la del fin de semana pasada.
La estrategia del lado perredista, quien también asesora en Michoacán y otros tres estados más, no es mala. Si se sumará mecánicamente los porcentajes que traen Godoleva Rodríguez, Alberto López y Raymundo Nogueda,(Según datos de LABOP)  tendríamos más de 4 puntos porcentuales, lo que automáticamente pondría la elección en un empate técnico a ambos contendientes y dejaría el resultado en manos de los operadores el día de la elección, lo que podría degenerar en violencia, pues la operación política el día de la elección incluye acarreo y evitar que el contrario lo haga, anular casillas perdidas y defender con todo las ganadas, reparto de dinero y evitar que el otro pueda hacer llegar los recursos. Eso puede conducir a un enfrentamiento físico de los equipos de uno y otro lado, y el resultado será sumamente incierto.
Lo más grave para el PRI sería que los grupos de poder olieran la posibilidad de la derrota, porque entonces se van a mover de bando y si ellos se inclinan dan la estocada final.
Los priistas deben meter calma a los mercados, a sus huestes, explicar que la suma de porcentajes no es mecánica, sobre todo porque no se unieron los partidos a la candidata perredista, ni el PES, ni el PH ni el PPG, sino que los candidatos se fueron solos, con lo que llevan puesto, pues las estructuras se quedaron, unas con el PRI otras sin candidato; deben explicarlo y convencer, pues de otro modo, ya ni con filtraciones podrán parar el triunfo del PRD, que tiene de su lado a los dos grandes caciques de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, que está retando al presidente Enrique Peña Nieto y a Rubén Figueroa Alcocer, el millonario tlatoani del PRI.
Hasta antes de las declinaciones el panorama para el candidato tricolor era tan halagüeño que hasta en Acapulco ganaba la elección, después de estas, hay nerviosismo y los nervios son malos consejeros.
www.facebook.com/juliozflores


***Responsable del BLOG: Julio Zenón Flores. Periodista, escritor, marketer digital y maestrante en ciencia política. Premio estatal de periodismo y premio estatal de periodismo legislativo. www.facebook.com/juliozflores

Publicar un comentario

0 Comentarios