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* AÑORVE A SALVO

Finalmente, el gobierno de Luis Walton Aburto presentó una denuncia en la Auditoría General del Estado (Age) por presuntos desvíos de recursos ocurridos en la administración pasada, que encabezaron cuatro personas: Manuel Añorve Baños, Alejandro Terán Porcayo, José Luis Ávila Sánchez, otra vez Añorve y finalmente Verónica Escobar Romo.

La denuncia fue presentada después de una serie de presiones de actores políticos y de la sociedad civil, que demandaban ya una acción concreta al actual gobierno.

Por ello, ayer se informó que existe la presunción de un desvío en los 337 millones 227 mil 599 pesos que de enero a septiembre de 2012 recibió la administración pasada correspondientes al fondo III del ramo 33, en aportaciones del Sistema Nacional de Coordinación Fiscal.

En un primer momento ha de pensarse que por fin Walton Aburto decidió emprender acciones contra su antecesor Manuel Añorve Baños, a quien, en conjunto, se le adjudica dejar al ayuntamiento con una deuda millonaria.

Sin embargo, hay un error ahí. El gobierno de Walton sólo está revisando las cuentas correspondientes a 2012, y en ese periodo, Añorve nada más estuvo tres meses, de enero a marzo. El resto lo concluyó su sucesora, Verónica Escobar Romo, quien tendrá que responder por los requerimientos de la Age.

No en balde, el director de Comunicación Social del ayuntamiento, Ricardo Castillo Díaz, leyó un comunicado en el que sólo se alude a "la administración anterior", sin precisar nombre, pues mientras unos piensan en Añorve, en realidad debe leerse Verónica Escobar.

Con ello se repite la historia: cuando Ana María Castilleja asumió como suplente de Añorve en 1998, tampoco pudo comprobar algunas cuentas y fue inhabilitada, pues las irregularidades se encontraron en el tramo que le tocó a ella gobernar.

Así las cosas, la primera y la segunda mujeres en gobernar el municipio de Acapulco parecen estar marcadas por la misma estrella. Ambas suplieron al mismo personaje, y a ambas les tocó enfrentar el aparato de justicia.

Por lo pronto, Manuel Añorve puede estar tranquilo.
* EDITORIAL LA JORNADA 28 DE FEB. 2013.

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