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El error de los violadores de las españolas en Acapulco

Botín de violadores: 800 pesos por piocha

El Abierto Mexicano de Tenis, que se celebra en Acapulco, es una oportunidad para que Manlio Fabio Beltrones y Ángel Aguirre Rivero se vean las caras, luego de las “caricias verbales” que intercambiaron hace unos días.
Manlio está invitadísimo a presenciar no sólo partidos de tenis de alto nivel —participan jugadores de la talla de Rafael Nadal—, sino a pulsar directamente, en el estado, cómo operan las policías comunitarias (no confundir con los proscritos grupos armados y encapuchados de autodefensa).
Sabemos que el mandatario de Guerrero está por hacerle una invitación por escrito a Manlio, pero también a los coordinadores de los distintos grupos parlamentarios en el Congreso.
Quiere que de viva voz escuchen a dirigentes de las organizaciones que promueven esta especie de policía ciudadana, que tanto ha dado de qué hablar.
Nos dicen que el gobernador hizo extensiva la invitación a los otros coordinadores parlamentarios, porque no quiere que se vea como un “asunto personal.”
Aguirre recibirá al priista sonorense “de la mejor manera”, aseveran.
Atrás parece haber quedado la inusual declaración, para un político de su estatura, de Beltrones, quien preguntó públicamente si el gobernador de Guerrero estaba “sobrio” cuando se refirió a las tendencias “represoras” del hoy diputado federal.
A Aguirre, nos aseguran en su entorno, “no le quedó el saco”.
A Manlio tampoco.
■La vigésima edición del Abierto Mexicano, a celebrarse en el complejo Mextenis de Punta Diamante, será punto de convergencia de políticos y empresarios. Los Slim y compañía se mezclarán con la crema y nata de la política mexicana.
Está confirmada la asistencia del canciller José Antonio Meade, la secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Massieu, el senador Emilio Gamboa.
Tienen invitación también el ex jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, quien fuera el principal promotor de la candidatura aliancista de Ángel Aguirre. El actual gobernador de Guerrero, originalmente de extracción priista, nomás no se veía en esa posición.
Otros que podrían viajar al puerto son Miguel Mancera, jefe de Gobierno del DF, y el secretario de Gobernación, Miguel Osorio.
■El asesinato del empresario belga,  Jan Sarens, de 59 años, fue venganza. El robo ya quedó descartado. Los agresores no se llevaron nada. Ni el Mercedes Benz convertible ni el celular ni la cartera. Y más: estaba amenazado. “Iban por él, fue una ejecución premeditada”, reveló una fuente de alto nivel que tuvo acceso a las investigaciones.
Sabemos que se siguen varias líneas de investigación alrededor de este homicidio que constituye un nuevo revés a los esfuerzos que se realizan para recuperar el viejo esplendor de Acapulco.
La primera tiene que ver con los socios mexicanos de la víctima. Sarens tenía fuertes disputas con ellos , vinculadas, dicen, con propiedades en Houston, Texas.
Se investiga también un pleito que habría tenido con el hijo de su concubina, a quien describen como un nini. Jan le habría impuesto “ciertas reglas”.
El empresario llevaba varios años con la mujer. La conoció cuando era edecán. Ganaba entonces seis o siete mil pesos. La contrató. Le subió el sueldo a 30 mil. La invitó a formar parte de su empresa de transporte para la construcción, minera y energética.
¡800 pesos por cabeza! Ese fue el botín que el delincuente Negro Candela repartió a sus cómplices en otro escabroso asunto que vino a pegarle de lleno a los esfuerzos por recuperar Acapulco: La violación de las seis españolas. “Las víctimas no llevaban grandes recursos”, asegura la fuente.
Les quitaron, eso sí, iPads, computadoras, celulares.
Uno de los violadores, que la fuente identifica con el mote de El Cuervo, no es de Acapulco. El Negro Candela —líder de los gandules encapuchados— tuvo una deferencia con él. Le tocaron dos celulares, además de la ridícula cantidad que les repartió.
Error. El Cuervo quiso vender uno de esos celulares. El aparato sirvió como “geo referencia” para ubicar al delincuente. La información sirvió para dar con otros cinco, entre ellos el Negro Candela. Entre los violadores había un chavo de 16 años. Ya lo tienen ubicado. Tratan de negociar con su madre que se entregue con la promesa de que se le dará el trato de un menor si accede.

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