TRASFONDO
Guerrero, como lo dijimos en la entrega anterior, es un
hueso duro de roer para el PRI, con un presidente Enrique Peña Nieto que
difícilmente apoyaría a un candidato de su partido si en el marco del Pacto por
México, Jesús Zambrano o su seguro sucesor Carlos Navarrete, le pide, como
condición para mantenerse en ese pacto, que se les respete esta entidad como
posición suya y, con un partido fracturado y arrastrando las derrotas
electorales anteriores que lo tienen en minoría en ayuntamientos, diputados
locales, ni un senador, un solo diputado federal de 12 espacios y ni siquiera
todas las delegaciones federales, pues algunas fueron negociadas con el
neoperredista gobernador Ángel Aguirre.
Es pues un hueso duro de roer. La primera conclusión lógica
en cualquier análisis de correlación de fuerzas, sería que el PRI está
destinado a perder la próxima elección de gobernador y a ganar sólo algunos
espacios en ayuntamientos y diputaciones locales.
La cosa es que en política la cuestión electoral depende de
circunstancias también. No todo se resuelve en las simpatías o antipatías
ciudadanas, ni en la correlación de fuerzas principal, también tienen que ver
los movimientos tácticos y los momentos, por eso personajes como Manuel Añorve
o Ángel Aguirre, han resultado victoriosos en escenarios adversos.
Los movimientos tácticos que podrían cambiar el escenario
adverso al tricolor en la próxima elección, tienen que ver con la incursión de
Morena (Movimiento de Regeneración Nacional) y las candidaturas ciudadanas.
La irrupción de Morena y su indudable presencia en Guerrero,
puede dividir a las izquierdas. No es obligado que vaya solo a la elección,
pero puede hacerlo, si no llega a un acuerdo con el alcalde Acapulco, Luis
Walton Aburto (cuya circunstancia requiere un análisis particular, pues ya hay
quienes erróneamente lo descalifican y otros que lo dan como seguro ganador),
que ya se disparó solo y espera que quienes lo quieran se suban a su carro y,
si como todo indica, el PRD insiste en llevar de candidato a Armando Ríos
Piter.
En ese contexto, el PRD saldría con Ríos Piter, aliado de
las corrientes grandes: Nueva Izquierda, Nueva Mayoría y Grupo Guerrero; el
Partido Movimiento Ciudadano (que silenciosamente ha construido una fuerza
estatal), con Luis Walton y el Morena con Lázaro Mazón Alonso; aún si Walton
aprovechara los buenos oficios de Rodolfo Monreal Ávila, su secretario de
Desarrollo Social, y consiguiera el respaldo de Andrés Manuel, en ese escenario
habría dos candidatos de la izquierda, con probabilidades de un tercero de
manera independiente: Walton y Ríos Piter, más por ejemplo, el rector Javier
Saldaña Almazán.
Como se ve, en este escenario, si la izquierda lleva dos o
lleva tres candidatos, el PRI tendría su oportunidad de oro. Pero sólo con
alguien capaz de tejer una alianza interna, que sepa ceder espacios para ganar
espacios, para mantener la unidad interna, garantizando su voto duro. No hace
falta dar nombres. Todos sabemos quién es. Si no lo sabe aún, léame en la
próxima entrega aquí y en Enfoque Informativo Diario.
zenon712000@hotmail.com
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