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El plan “x” de Aguirre para gobernador



05TRASFONDO

Julio Zenón Flores Salgado
Los estrategas que acompañan a los hombres del poder siempre recomiendan tener un plan b o c, para en caso de que de las cosas no se den como uno lo espera. Hay incluso un viejo esquema de análisis llamado el APP que no es otra cosa que las siglas del “Análisis de Problemas Potenciales”, que enseña que para evitar problemas hay que tener medidas preventivas y en caso de que aún así se presentan, tener listas las medidas contingentes. Eso lo aprendí en la primaria de la Ciencia Política.
Pero en el caso del gobernador, de la estrategia se ha pasado al engaño o la barrabasada de querer tener a todos bajo engaño.
Ángel Aguirre le apostó sus canicas para sucederlo al fiel caballero Sofío Ramírez Hernández, un gris senador de la República, que de criar chivos pasó a ser alcalde de un pueblito en la Montaña y desde ahí brincó, a la sombra de Aguirre y de Manuel Añorve, para ser diputado y finalmente, Senador de muy pocas luces. El gobernador quiso impulsarlo como cacique de pueblo: Mandó poner cientos de anuncios espectaculares por todo el estado, con su foto y una media sonrisa, que luego fueron objeto de una demanda legal, que si bien no se ha avanzado mucho, si se ha convertido en una espada de Dámocles para cuando pretenda registrarse. Uno de los castigos por anunciarse anticipadamente es la negativa del registro, dice la ley aún vigente. El susodicho no levantó.
El caso es que las apuestas le fallaron. Pero aún antes de prever que el senador Sofío le fallara, Aguirre mandó traer al rector Javier Saldaña y le prometió que él sería el “plan “B”; a los pocos días mandó traer a Félix Salgado Macedonio y le ofreció prepararse para en caso de que no levantara Sofío, pues sería el plan B; en seguida hizo lo mismo con Alberto López Rosas, al cual prometió hasta en caso de no avanzar, hacerlo alcalde de Acapulco. Para ese tiempo ya había impulsado a Bruno Plácido Valerio, a través de la UPOEG.
Lo bueno de un gobernador es tener más de una posibilidad. Eso le dijeron sus estrategas.
Todos los susodichos estaban felices y contentos porque sabían que tenían la palabra del gobernador, pero ocurrió que el caballo negro de Aguirre no despegó y no mandó llamar a nadie de los que se lo esperaban. Y ahora, con un gobernador en decadencia, alejado del Centro del país, apestado del gobierno federal y habiendo perdido hasta su buena relación con “Los Chuchos” del PRD, ya no se ve por donde pueda influir para su sucesión y al final sólo se ha quedado con la carta de Luis Walton, quien le ofreció a cambio todo el apoyo para el Junior, Angelito Herrera, para hacerlo alcalde Acapulco. Es decir, con el plan “x”, pero que a su vez nomás no se ve por donde pueda levantar, si en Acapulco la percepción es de que “NO PUEDE”.
¿Qué irán a hacer ahora los personajes engañados por Aguirre? ¿Qué, en la recta final de un gobernador que perdió poder mucho antes de la conclusión de su periodo, al cederlo a su sobrino Ernesto?
Opiniones a zenon71@hotmail.com

  trasfondoinf@hotmail.com

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