TRASFONDO
La consulta planteada por el PRI para conocer la opinión de
la ciudadanía acerca de si deben o no disminuirse el número de diputados y
senadores plurinominales, de 500 a 400 y de 128 a 96 respectivamente, recoge
una propuesta largamente sostenida por organizaciones no gubernamentales y
largamente temida por los partidos no priistas.
En rigor, la consulta es correcta por el simple hecho de
recoger una propuesta que ha estado ahí, en el sentir popular y, no atenta
contra el desarrollo democrático, antes al contrario, camina en el sentido de
fortalecer el sistema de partidos y obligarlos a ser competitivos, en vez de
darles vida artificial, como ha ocurrido hasta ahora con partiditos que
merodean, como satélites, en torno al PRI, al PAN y al PRD, como una forma de
obtener recursos públicos, para supuestas campañas.
La representación proporcional, cabe recordar, surgió en un
momento de autoritarismo a ultranza, de partido casi único, de corporativismo
sindical y en el cual las vías de acceso al poder, para las organizaciones y
ciudadanos ajenos al PRI, estaba casi vetadas.
Surgió como una reacción a una sublevación social que se
reflejó en manifestaciones callejeras e incluso en una incipiente lucha armada.
La apertura al sistema plurinominal permitió, por primera vez, el acceso a las
esferas legislativas, al entonces Partido Comunista Mexicano (PCM), cuyo
registro sobrevive en las siglas del PRD, al mismo tiempo que se ampliaron los
espacios al PAN.
Esa apertura con el paso del tiempo ha consolidado a tres
grandes fuerzas: la derecha panista, el centro priista y la izquierda
perredista (con sus bemoles), pero han surgido una serie de partidos que no
representan prácticamente nada, en cuanto a la teoría política de los partidos
y vanguardias, que se han convertido en negocios familiares, que no tienen
interés real en llegar a gobernar, sino que se alían a los grandes para que les
den un porcentaje determinado y así, sin esforzarse, obtener recursos públicos,
por prestar el membrete.
Sin embargo, hasta donde se entiende, la propuesta no es
eliminar la representación proporcional, sino disminuirla. En especial el tema
del Senado se antoja interesante ya que como está ahora no representan lo que
en su origen es, la representación del federalismo mexicano.
Hoy los tres partidos grandes, PRI, PAN y PRD están en
iguales posibilidades de acceder al poder, por lo cual, la representación
proporcional es sólo la forma de evitar las sobre y las sub representaciones.
En nada afectaría disminuir el número de escaños, en la dimensión en que la
proporción 60/40, lo permita.
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