Nadie puede criticar lo que se ha hecho, salvo aquellos que siempre están a la caza de errores para denostar a la izquierda y que quisieran que nos siguieran gobernando los de siempre, pues es indudable que la parte turística es fundamental para el desarrollo de Acapulco.
Sería un lugar común recordar que mientras más turismo viene más acapulqueños tienen empleos e ingresos, incluyendo los del empleo informal, pabelloneros, meseros y promotores piratas, vendedores de elotes y esquites, fayuca, globos, golosinas, cuerdas de pescar, lanzafuegos y limpiaparabrisas, que también tienen derecho a un ingreso honesto, aunque a los burgueses de moral hipócrita les de asquito y les volteen la cara o hasta les activen las plumas de los parabrisas.
Pero es cierto, necesitamos que la gente venga y para eso necesitamos ofertarles cosas nuevas y playas limpias y buen trato, de ahí que las acciones del alcalde de lanzar el proyecto de Acapulco Ciudad Luz, sea un acierto, pues su solo anuncio nos puso en las portadas de varios medios y llamó la atención de viajeros que quieren venir a conocer esa nueva postal del puerto; de ahí que también sea un acierto la remodelación de las calles adyacentes al zócalo, donde hace tiempo no se hacía nada y ahora se puede caminar (aunque tropezando entre tanto carrito de los semifijos que alguna vz fueron ambulantes) y admirar las nuevas fachadas recién remodeladas.
La inversión en mercados es otro acierto del presidente municipal, aunque ahí hace falta también mucho orden y el acento puesto en las esculturas, que con críticas y todo, trascendió a nivel nacional, posicionando el nombre de Acapulco y gracias al cual hoy vienen algunos hasta a tomarse la foto con la efigie de Juan Gabriel, en fin. Hay buenas cosas en la zona turística.
Los acapulqueños, sin embargo, estamos a la espera de que el alcalde deje bien establecida la zona turística y sus colonias residenciales como Costa Azul, y lance toda su iniciativa a las colonias suburbanas, que alguien ha llamado alguna vz, cinturones de miseria.
Hacia la parte alta de la misma Costa Azul, donde hay verdaderos ghettos indígenas y afromexicanos, hacia la parte alta de la colonia Zapata, donde sólo se llega a bordo de camionetas pic up adaptadas con duras bancas de madera o donde se viaja colgando, tragando polvo o mejor, a pie o en bicicleta; donde los hombres y mujeres sobreviven con ingresos menores a dos dolares al día y donde los niños nunca han podido viajar a la playa, porque se gastarían el equivalente a un día de comida.
Esas colonias donde el agua se toma con mangueras de pvc de manantiales que ya se empiezan a secar, donde el baño no es ni siquiera una letrina, sino un cuartucho de madera y lámina, y un hoyo en la tierra y a veces ni eso; donde el papel de baño es un lujo que no se pueden dar, y apenas usan papel periódico; donde el frijol negro, tortilla y chile se convierten en manjar y la mejor música que escuchan es la del camión de helados que sube cada cuando.
El presidente Evodio Velázquez, de izquierda como es, necesita mirar para allá, ir allá, llevarles esperanzas, alguna inversión, la posibilidad de empleos formales o informales, servicios, atención médica, planes de desarrollo. Ese es el Acapulco que espera atención, el de siempre, el que los demás alcaldes han dejado en el abandono y que ya no aguantan más eso.
Aún tiene la mitad de su periodo, señor alcalde, aun es tiempo de volcar todo su gobierno hacia allá, para pasar a la historia como el presidente que cambió a Acapulco. usted tiene la palabra
xxx Trasfondo informativo. Los mejores reportajes en TV, MARTES Y JUEVES a las 9:00 de la noche en el canal 76 de Cablemas-IZZI, o en www.facebook.com/trasfondoinformativo
0 Comentarios
¿Qué te pareció esta información? ¿Qué nos falta?