Por Rodrigo Huerta Pegueros*
Las
encuestas son hoy los instrumentos que utilizan instituciones e
individuos para conocer cuál es su posicionamiento dentro de un
conglomerado social al que desean representar.
Como
todo instrumento de medición, las encuestas han servido para hacer
propaganda o proselitismo a favor o en contra de organismos o
personalidades, sean o no los resultados presentados los verdaderos, ya
que hasta ahora, no existe regulación y menos sanciones para quienes
hagan mal uso de los resultados.
Estamos
a punto de ser testigos de una nueva guerra de encuestas. Esta vez los
protagonistas serán nada menos que Andrés Manuel López Obrador y Marcelo
Ebrard Casaubón. El primero, conocido de todos, ex candidato
presidencial en el 2006 y el otro, funge ahora como jefe de gobierno del
Distrito Federal.
Pero,
por si usted no ha tenido en sus manos la información sobre las
encuestas que se han levantado en los últimos meses sobre estos dos
personajes, pues realmente no se ha perdido de casi nada, ya que desde
siempre, Andrés Manuel López Obrador ha salido como ganador sobre
Marcelo Ebrard cuando las encuestas son levantadas entre los grupos de
izquierda, esto es, los que de una forma u otra pertenecen o simpatizan
con los partidos de la Revolución Democrática, el del Trabajo o del
Movimiento Ciudadano. Pero, cuando las encuestas se abren a toda la
población de México, es Marcelo Ebrard que gana en simpatías sobre López
Obrador.
Las
lecturas que se han dado sobre estos resultados tan obstinados, es que
AMLO es el que mejor representa los intereses de los grupos de izquierda
en el país y que el jefe de gobierno del DF es un hombre mas bien
pragmático, abierto y conciliador.
Sin
embargo, en los últimos meses, López Obrador ha logrado ganarse a pulso
a nuevos grupos de la sociedad mexicana al cambiar, de manera abrupta
su discurso radical en contra de las mafias del poder en México, de los
poderosos económica y políticamene y de los empresarios que solo velan
por sus intereses sin importarles el daño que hagan a las clases
marginadas.
Este
discurso lo ha moderado y atemperado, lo cual ha dado como resultado
que la ventaja que tenía Marcelo Ebrard sobre él se haya reducido
drásticamente lo que casi lo ha empatado. Las últimas encuestas de los
días previos, así lo demuestran. ¡Vaya cambio!
Por
lo tanto, este solo hecho nos llevaría a pensar que las encuestas que
se levantarán en unos días más para saber quien será el candidato de la
izquierda en México saldrá ganador López Obrador.
Y
esto lo decimos, no porque tengamos una lámpara mágica, o un Aladino o
una bola de cristal, sino porque la lógica elemental nos lleva a hacer
la deducción de que si AMLO ha recorrido cuando menos unas tres veces el
país y ha fundado un movimiento nacional (MORENA) y si su activismo lo
ha llevado a ocupar casi a diario páginas en medios impresos, menciones
en televisión o en radio, así como un titipuchal de enlaces en las redes
sociales de internet, pues fácilmente tiene una presencia
virtual entre la mayoría de los mexicanos, presencia que no tiene el
jefe de gobierno del DF.
Luego
entonces, las encuestas que se levanten a nivel nacional darán como
resultado una ventaja mayor para el ex candidato presidencial. Todo esto
si las mismas no se truquean o alteran a favor de uno u otro aspirante.
Y para que no crean que los estamos engañando, solo falta esperar unos
días más para conocer los resultados que publicarán el 15 de Noviembre
próximo.
Pero
mientras esperamos que los resultados de las encuestas se conozcan,
iríamos más allá. O sea: Para la elección presidencial formal ni el PRI
ni el PAN y ni el PRD tienen hasta hoy candidatos consolidados.
Sin
embargo se dice y afirma que en el PRI tienen al ex gobernador del
estado de México, Enrique Peña Nieto, como su propuesta más sólida y
acabada.
Que
en el PAN, Josefina Vázquez Mota va en caballo de hacienda al sacarle
una ventaja porcentual enorme a su más cercano contrincante Santiago
Creel Miranda y mucho mayor ventaja al tercer aspirante, Ernesto
Cordero. Por lo tanto la han calificado ya, propios y extraños, como la
candidata presidencial panista mas competitiva para estar dentro de las
boletas en la contienda Constitucional.
En
el PRD se tiene como candidato presidencial a Andrés Manuel López
Obrador con quien se asegura dar una muy fuerte y ruda batalla frente a
los dos candidatos arriba mencionados.
Este
escenario nos llevaría a esperar una campaña presidencial viva,
competida y de alto interés nacional. Por lo tanto, el o los debates que
pudieran escenificar estos tres personajes serían de pronósticos
reservados.
Y lo decimos así porque los debates dan valor intrínseco a la democracia pues
son fórmulas para hacer que la ciudadanía que participa en las
elecciones, lo haga en forma mas activa y que de manera directa evalúe a
cada uno de los candidatos, en su desempeño, sus propuestas y la
defensa de las mismas.
Son
los debates los que catapultan o hunden a los candidatos. Así han sido
anteayer, ayer y por lo mismo no puede ser de otra forma ahora.
¿Se
imaginan un debate entre Josefina Vázquez Mota, Enrique Peña Nieto y
Andrés Manuel López Obrador? Es, quizás, inimaginable, pero posible.
¿Y usted por quién votará?
Periodista y Analista Político*
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