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Guía para el Caso Colosio.jpg

Por Felipe Victoria Zepeda

¿Recuerdan aquel 23 de marzo de 1994?

Aunque a muchos no les cuadre, sigo siendo priísta, pero de esos de hueso colorado porque crecí escuchando a mis familiares que militaban en ese partido, porque fui burócrata desde los diecisiete años y me afilié en marzo de 1970 a ese instituto político porque me simpatizaba más que los miembros del PAN

Sin querer fui recibiendo algunos cargos partidistas en las juventudes priístas como cuando Píndaro Urióstegui fue mi Delegado Político en la Gustavo A. Madero en el DF, luego me hicieron Presidente de mi Colonia abanderándonos el Profesor Carlos Hank González cuando fue ese magnífico Regente, luego en 1988 soñé con una diputación en el XI Distrito y para septiembre de 1993, mi amigo y compañero de Universidad Pedro Joaquín Coldwell, siendo Secretario de Turismo, me invitó a integrarme a la campaña de nuestro mutuo camarada desde que terminamos la primaria en 1962 como chamacos aplicados: el sonorense Luis Donaldo Colosio Murrieta

Claro que le entramos con todo al proyecto de que Luis Donaldo pudiera convertirse en Presidente de México si ganaba las elecciones de julio de 1994, solo que el destino y las mafias políticas no lo dejaron llegar.¿quienes y por qué mandaron asesinar a Colosio en Lomas Taurinas ese 23 de marzo de 1994, desde las entrañas del mismísimo PRI y Los Pinos?

en ring side y después en septiembre del 94' el asesinato contra José Francisco Ruiz Massieu, levanté mis humildes canicas del PRI y dejé de militar en el partido, encabronado por la temerosidad de los priístas que por miedo no abrieron la boca para aportar pruebas o pistas, solo buscaron conservar canonjías y conseguir nuevos empleos gracias al partido; jamás apoyaron en lo mínimo a quienes sí nos arriesgamos a publicar incluso una Guía para resolver el Caso Colosio, que hasta en fotocopias circuló en el Congreso de la Unión, pero todos la leyeron a escondidas; no hubo un solo priísta que me dijera ¿Cuánto cuesta el ejemplar?, para colmo en Acapulco un presidente municipal y un presidente de la Fundación Colosio me encargaron un tiraje especial de la obrita, pero a la mera hora jamás me pagaron los ejemplares

Desde entonces me convencí de que mi culto y devoción al amigo Colosio debería ser para mí en mis adentros, mejor que no se supiera de nuestra proximidad amistosa; por eso me enoja aunque me divierte que algunos que trabajan de priístas y consiguen chamba por estar afiliados a ese partido, en los aniversarios luctuosos se quieran llenar la boca hablando del Colosio que ni siquiera conocieron de cerca, cuando eran "camachistas" y de la noche a la mañana se convirtieron en "zedillistas", cuanta hipocresía y servilismo desleal.

Podría decirse que al único priísta que sí le creo lo que diga de Colosio, es a su mejor amigo y aliado en el PRI allá por 1993 y 1994: Pedro Joaquín Coldwell, otro de los niños aplicados que estuvo von Colosio ante el Presidente Adolfo López Mateos en 1962; Pedro el quintanarroense de Cozumel que estudió leyes en la Iberoamericana con promedio de diez, cuyo padre don Nassim apoyó con todo a Colosio cuando le negaron recursos oficiales para su campaña a finales del 93'
Si a alguien le dolió la muerte de Luis Donaldo fue a Pedro Joaquín Coldwell, al grado de rehusar ser designado como el candidato sustituto a la presidencia. Siempre solemne y discreto ha sido el más leal priísta a pesar de los pesares, por eso apenas justo es que ahora sea el Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, con la encomienda superior de sacar adelante y llevar al triunfo al trastabillante y un poco verde candidato Enrique Peña Nieto, al que parece que le falta edad, experiencia y aplomo para salir bien librado de los embates capciosos de los opositores

Si Peña Nieto hace la chica rebasando en las preferencias al izquierdoso Andrés Manuel López Obrador y a la panista Josefina Vázquez Mota, en parte se deberá a la guía atinada de Pedro Joaquín Coldwell y a la disciplina de un Manlio Fabio Beltrones Rivera

Por más que lo quieran cantar este 23 de marzo, el espíritu de Colosio ya no flota ni deambula por el PRI tan transformado, en que muchos dinosaurios no quieren soltar la ubre, ni dar oportunidad a las nuevas generaciones de no ser sus hijos, nietos, sobrinos o ahijados; chanderas contra las que Colosio se pronunció en aquel célebre discurso en el Monumento a la Revolución que le costó la vida días después.

-¡Tilín,tilín!-Suena la campana de la escuelita

-Maestra Pizarrina del Gis y Abaco.¿se hará alguna ceremonia el viernes 23 para recordar el asesinato del candidato Colosio?

-Ujule chamacos, si Colosio hubiera sido perredista en esos días, me cae que hubiéramos volteado de cabeza el país ese año y todos los aniversarios subsecuentes, pero los priístas como que están muy malitos del colesterol y tienen prohibidos los huevos.son rete apáticos y convenencieros

-¿Cómo lo sabe o por qué los descalifica así tan feo teacher?

-Hagan la prueba y preparen diez preguntitas sobre Luis Donaldo Colosio y háganselas a los priistas como si se tratara de una encuesta.

-¿Tan poquitas para lo que fue y representó para el país ese candidato asesinado, teacher?

-Háganlo y verán que ni cinco les contestan acertadamente, sobre todo si se las cuestionan a diputados o altos funcionarios priístas, que no salen de decir Colosio con la boca llena, pero algunos ni el nombre completo saben, ni donde nació, ni qué estudió y en donde, o cuantos años tenía cuando lo mataron.

-¡Qué vergüenza profesora!

-De tarea me traen una semblanza biográfica de Luis Donaldo Colosio Murrieta chamacos.

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