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Peña Nieto en Acapulco

Duda Razonable 
Carlos Puig
No le fue mal a Enrique Peña Nieto en Acapulco la semana pasada.
En la “Reunión Cumbre de la Izquierda Mexicana”, celebrada en el puerto y que entre otras cosas produjo la “declaración política de Guerrero”, hubo otro tono respecto a la impugnación de la elección y las acusaciones que se han hecho desde la campaña de López Obrador.
Los partidos de izquierda celebraron su crecimiento y plantearon una agenda legislativa que podría coincidir con algunas promesas de los priistas.
Y aunque exigen al Tribunal Electoral que sea “exhaustivo” en sus investigaciones sobre la impugnación de AMLO, no se pronuncian por adelantado sobre la decisión de los magistrados.
Es más, de sus triunfos dicen: “Nuestros candidatos convocaron exitosamente a las urnas a los ciudadanos, venciendo el derroche de recursos y las prácticas antidemocráticas”.
Los legisladores electos construyeron una agenda en la que Peña, si el Tribunal valida la elección, podría encontrar espacio para algunos acuerdos tempraneros.
Los priistas han anunciado que arrancarán el periodo con tres iniciativas: La que da más facultades al IFAI, la Comisión Nacional Anticorrupción y la que supervisa la relación económica entre gobiernos y medios.
Las relatorías de las mesas de trabajo de los legisladores electos de izquierda podrían dar razones a Peña para el optimismo.
Acordaron los próximos legisladores: “Dotar de autonomía constitucional al IFAI, dar definitividad (sic) a las resoluciones del IFAI, cuando éstas obliguen a dependencias de la administración pública federal. Ampliar a partidos, a grupos parlamentarios y sindicatos, la norma de transparencia y acceso a la información. Fortalecer las funciones de los órganos estatales de transparencia y acceso a la información”.
En Acapulco, los legisladores del PRD se propusieron “crear el Instituto Nacional Anticorrupción, para investigar y sancionar los actos de corrupción de funcionarios públicos de los tres niveles de gobierno, cuando existan evidencias suficientes de la gravedad de dichos actos”.
Y le aumentaron: “Tipificar como delitos graves, actos de corrupción de funcionarios públicos, particulares y persona moral”.
No tocaron en Acapulco el tema de la publicidad gubernamental en los medios, pero sí pusieron en su agenda “iniciar reformas para garantizar de inmediato el interés público y la rectoría del Estado sobre los medios de comunicación electrónica, garantizando certidumbre a los concesionarios, y promover reformas para garantizar la pluralidad y la competencia en medios de comunicación masiva: radio, televisión, prensa e internet, y los derechos de la audiencia que son producto de un sistema verdadero de competencia”.
Acordaron tres no muy claros, que en el futuro los enfrentarán con el probable presidente del tricolor: “Hemos recibido el mandato de hacer frente a las pretensiones de impulsar reformas contra los derechos de los trabajadores, o de modificar el artículo 27 constitucional, para abrirle paso a la privatización de Pemex o de imponer el IVA generalizado a alimentos y medicinas”.
La izquierda, parece, quiere actuar como lo que es: la segunda fuerza política del país.
Twitter: @puigcarlos

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