En los primeros minutos de este jueves fue
reportada una fuerte explosión en la colonia Cuauhtémoc lo que alertó y movilizó a los equipos de protección civil de Acapulco, así como a loos cuerpos de seguridad oficiales.
La policía
y bomberos al llegar al lugar, ubicado entre la calle 9 y calle 10 de esa colonia,encontraron
una fuerte explosión en una bodega
clandestina de fuegos pirotécnicos, que dejó como saldo tres personas muertas,
dos adultos y una menor y dos mujeres heridas una mujer adulta y una
menor, que fueron trasladadas a un hospital, para su
atención médica, donde su estado se reporta como reservado, después
de varios minutos los bomberos lograron sofocar el fuego. La zona esta
acordonada mientras personal de la
procuraduría realizaba las diligencias de ley.
El relato de Agoraguerrero2:
El reportero del sitio digital Agoraguerrero2, que estuvo en el lugar de los hechos, narra la ausencia del Ejército mexicano, la carencia de lámparas de mano de parte del MP para hacer su trabajo y el dolor de los deudos:
"Una hora más tarde arribo el personal del ministerio público para realizar las diligencias de ley, pero también no contaban con el quipo para realizar su trabajo y no contaban con lámparas. Pero al lugar llego el director de protección civil municipal y les proporcionaron una lámpara para que realizaran el levantamiento de los cuerpos. Al lugar arribo una señora que no podía creer lo que observaba y trato de introducirse a la vivienda buscando a su hijo, pero la policía le impido el paso y los vecinos la consolaron y la sacaron del área y observaron el retiro de los cuerpos a la distancia. El gran ausente fue el personal del ejército que no hizo acto de presencia a pesar de tratarse de un explosión y de ser un lugar donde se almacenaba material peligroso sin ninguna supervisión y control que se encuentra establecido en la ley de uso de arma de fuego y explosivos, para saber cómo se obtenía la pólvora o ahí mismo se procesaba. Cerca de las 03:00 horas se terminaron las diligencias y las autoridades cerraron la vivienda dejando cintas de advertencia, los vecinos regresaron a sus casas, registrándose así otra explosión más de un polvorín clandestino, que comienza con la venta de cuetes en pequeños puestos en la vía pública, que la sociedad y autoridades toleran sin saber el origen de ese material, realizado sin ninguna supervisión y control de calidad, poniendo en riesgo a niños y jóvenes que inocentemente compran y juegan con ellos, sin saber que una familia perdió la vida por tratar de buscar una forma de sustento dentro de una vorágine de una sociedad cada día mas indiferente" (Relato de Agora).
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