Tarde de poesía y narrativa en el Centro de lectura y formación lectora

"Este era yo, el que nunca jugó en la playa por miedo a las agujas hipodermicas", leyó un siempre sarcastico y sorprendente poeta, Jeremías Marquines, ante un pùblico arrobado y sobrecogido por el "vente a matar pájaros conmigo" y la respuesta del "no ya nunca, nadie nos escucha...", en lo que fue uno de los banquetes selectos con los que cerró el programa Escritores en Verano, felizmente organizado por la Secretaria de la cultura de Guerrero.
En contraste, como en una sinfonia de graves y agudos, Paul Medrano, se explayó en una lectura de narrativa posmoderna y ultrarrealista, pero llena de lugares comunes, mostrando un estilo que no aporta mucho, pero que se vende bien por acercarse mucho al pop.
Una crónica, piensa uno de repente, y le agarra el gusto para una tarde llena de escritores, narradores, gente cercana a la literatura, la historia, el teatro, y la tarde se va amena, pese al calor y los zancudos.
Y vuelve a la poesía del texto Acapulco golden, que dice que Dios busca buenos novelistas.
Hoy el Centro Cultural Acapulco estuvo menos lleno que ayer, pero el ambiente se sintió como más íntimo en el que el que se gozó de poesía y narrativa.

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