JULIO ZENON FLORES
Lo que muchos ven como una gran ayuda para la carrera
política del presidente municipal de Acapulco, Luis Walton Aburto, que luego de
tanto criticar a su antecesor Manuel Añorve Baños, salió igual que él y a menos
de la mitad de su periodo se ha calentado con la idea de ser candidato a
gobernador, en realidad es un problema para él, es lo que en política se
denomina “el beso del diablo”. Nos referimos al “destape” que hizo de él Andrés
Manuel López Obrador, durante su última visita a Guerrero.
El Peje, si de por sí era una piedra en el zapato para el
PRD, luego de la elección presidencial donde se confrontó duramente con el
ahora mandatario federal, Enrique Peña Nieto, al grado de los que los mismos “Chuchos”
buscaron la manera de deshacerse de él, lo era también para Luis Walton, quien
como líder nacional del Partido Movimiento Ciudadano que fue tuvo mucha y muy
estrecha relación con él, lo que, se decía entonces, seguramente le
dificultaría bajar recursos federales para Acapulco, donde ahora Walton
gobierna.
Aunque quienes vaticinamos lo difícil que sería bajar
recursos federales a Acapulco no nos equivocamos, el puerto se vio “salvado”
por el gobernador Ángel Aguirre Rivero, quien tenía un doble compromiso con
Luis, primero porque fue el empresario gasolinero quien lo acercó a la cúpula
perredista para hacerlo candidato y luego gobernador y segundo porque el
mandatario estatal tuvo desde el principio el ojo fijo en este puerto para
heredarlo a su improductivo vástago.
En ese sentido, los recursos estatales fluyeron a las áreas
más sensibles del gobierno de Acapulco y Aguirre prestaba hasta para la nómina
o el aguinaldo, o la luz de CAPAMA o para poner contrapartes en programas
federales.
Pero ahora las cosas son diferentes. Aguirre, quien rompió
con López Obrador para reforzar su relación con los Chuchos, que le han servido
en demasía como operadores políticos, tiene ahora la necesidad de guardar
distancia de Walton, para garantizar, por un lado que los recursos federales
sigan fluyendo a la entidad y por otro lado para asegurar que apoyará al
candidato del PRD y no a otro, lo que le empieza a representar problemas
operativos al alcalde acapulqueño, por falta de recursos, ahora ni federales ni
estatales. Carencia, sin duda vinculada a su cercanía a López Obrador y al
destape que éste hizo del empresario acapulqueño.
Ahora, tras el destape de AMLO, tanto en la federación como
en el estado, creen que si Walton logra hacer un gobierno eficiente, con el apoyo
del Peje, será un candidato duro de vencer, en cambio, si lo debilitan, si no
logra cuajar en sus proyectos y sus obras, sus bonos caerán y no representará
ningún peligro. La línea sería pues, en ese sentido, cerrarle las llaves del
recurso, para debilitarlo.
Así las cosas, el destape del Peje, en vez de fortalecerlo,
lo debilitó.
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